La diferencia entre Diego Maradona y Leo Messi en sus peleas con la directiva del Barcelona
Las comparaciones entre Diego Maradona y Leo Messi han sido un habitual en las conversaciones sobre fútbol. Argentinos, zurdos, con el '10' a la espalda y con un pasado en el FC Barcelona que acabó como el rosario de la aurora en el caso del 'Pelusa' y que pudo hacerlo en el del actual capitán culé. La diferencia estuvo en la personalidad de ambos.
Infobae recoge la historia de las desavenencias de Maradona con el por entonces presidente, José Luis Núñez, que provocaron que sólo disputara dos temporadas en el Barça, de 1982 a 1984.
En el libro 'Yo soy el Diego de la gente', el exjugador recordaba un episodio en el que Núñez no quiso atenderle en persona. Algo similar a lo que contó Leo Messi que le sucedió a él mismo con Josep María Bartomeu y que motivó que el delantero le mandara un burofax al club pidiendo salir.
Sucedió en 1983, días antes de la final de la Copa del Rey, cuando Paul Breitner les invitó a Bernd Schuster y al propio Maradona a acudir a Alemania a su partido de homenaje. Algo que no gustó nada en 'Can Barça' y que llevó a Jordi Pujol, por entonces presidente de la Generalitat de Catalunya, a interceder para que no viajaran.
Diego Maradona y Schuster se comprometieron a viajar hasta que el alemán le preguntó al 'Pelusa' por su pasaporte. Jorge Cyterszpiller, su agente por aquel entonces, le confesó que lo tenía el club, lo que llevó al mítico jugador a las oficinas del Camp Nou.
El vicepresidente Nicolau Casaus excusó a Nuñez diciéndole al Diego que no se encontraba allí, pero este, que vio al chófer y el coche del presidente, no le creyó. Ahí, Maradona entró en cólera: "¿El presidente no quiere dar la cara? Pues voy a esperar cinco minutos y si no me dan el pasaporte, voy a tirar uno a uno todos estos trofeos divinos que están aquí".
Casaus seguía negándole el pasaporte y Maradona cogió un Teresa Herrera, el trofeo veraniego del Deportivo. Ante el último 'no' del directivo, el argentino reventó la copa contra el suelo, haciéndola añicos.
Finalmente, Diego Maradona recibiría su pasaporte, aunque no el permiso para viajar al partido en homenaje de Paul Breitner. El Barcelona ganaría la final de Copa por 2-1 ante el Real Madrid, pero la relación futbolista-presidente ya fue irreconciliable y todo acabó con la marcha del jugador un año después con destino Nápoles, sin querer saber nada de la directiva del Barça.
