Contratiempo de última hora el que tendrá que afrontar el Barça, tras confirmarse el regreso de un jugador que estuvo a préstamo la pasada campaña, y al que daban por vendido. Porque Clément Lenglet parecía que se quedaría en el Tottenham Hotspur, después de las novedades que llegaban desde la prensa británica, donde apuntaban a un acuerdo cerrado entre ambas escuadras a cambio de un precio ligeramente superior a los cinco millones de euros.
Una cifra baja, pero que Joan Laporta aceptó con los ojos cerrados, por orden de Xavi Hernández. No quiere saber absolutamente nada del internacional francés, al que enseñó la puerta de salida el año anterior, después de las contrataciones de Jules Koundé y de Andreas Christensen. Se quedó sin hueco en el vestuario, y los constantes errores infantiles que cometía en cada encuentro que disputaba provocó que colmara la paciencia de todos en el Camp Nou.
En la Premier League, lejos de recuperar su mejor versión, esa que exhibió durante los primeros años que pasó en La Liga Santander, ha seguido siendo un zaguero poco contundente y propenso a tener despistes. Por ello, resulta lógico que el cuadro londinense haya optado por no retener al ex del Sevilla y del Nancy-Lorraine en la plantilla, de forma que regresará a España el uno de julio, como se ha encargado de afirmar el diario ‘Sport’.
Y es que el entrenador catalán no quiere ver a Lenglet ni en pintura, y no está por la labor de darle una oportunidad, ni de realizar la pretemporada. Está contento con los defensas que tiene a su disposición, y además es cuestión de tiempo que se haga oficial el desembarco de Íñigo Martínez, con la carta de libertad, procedente del Athletic Club de Bilbao. Sigue sin tener cabida en el Barça, y el futbolista de 28 años deberá de buscar otro reto.
Aunque, por ahora, Laporta no ha recibido la llamada de ningún club que quiera hacerse con él.