El Barcelona trabaja en el futuro del equipo con la menta puesto en futuros fichajes, como en el pivote que asombra en Bélgica, y las renovaciones de las piezas fundamentales. Xavi Hernández, que también habló de su propia negociación con el club, trabaja con Joan Laporta con mano firme para que sus favoritos en su esquema no se planteen una salida. En concreto, una ampliación de contrato que tienen la agenda apuntada de cara a los próximos meses es la de Frenkie de Jong.
Al tratarse de unos de sus jugadores franquicia, el Barça no quiere ser precipitado a la hora de ofrecer la renovación al neerlandés. De hecho, la situación calca la misma que se vivió con Ter Stegen. El guardameta alemán apretó a la directiva que consiguió renovarle hasta 2028 tras unos meses intensos para alcanzar un acuerdo.
Sin embargo, al tratarse de su último gran contrato (llegaría a los 36 años si cumple su firma), hace que el caso de Frenkie esté un escalón por encima en complicidad.
Por el momento, el club culé no ha hecho ningún movimiento para empezar a hablar con De Jong según informa diario Marca. Aunque aún restan tres años para que sea jugador libre (contrato firmado hasta 2026), el Barça quiere tener una seguridad de que no accederá a futuras propuestas mareantes de Arabia o la Premier League. Sin embargo, el dinero sigue siendo un problema en estos casos.
Por parte del futbolista, su visión tampoco se aleja mucho de la estrategia del Barcelona. Frenkie sabe que tiene la sartén por el mango y no es su prioridad volver a sentarse con Laporta para hablar de un nuevo contrato. De hecho, su prioridad actual es recibir esta campaña 27 millones de euros brutos en concepto de su sueldo, bonus y el dinero atrasado que le debe el club.
Incluso, el neerlandés sabe que puede presionar ya que podría esperar al vencimiento del actual para llevarse una jugosa cantidad de dinero con la carta de libertad.
Después de unos últimos veranos en los que se barajó su venta, Frenkie ha dado el paso al frente que tanto se le pedía para ser ese el eje en el mediocampo. Su rendimiento le convierte en una pieza única en el equipo y el jugador sabe que esa es su mejor carta para negociar. Su contrato ascendente es un problema financiero para Deco y volver a reducir su salario será el principal escollo.