El Barcelona está a la deriva. O como dice Manu Carreño, en un precipicio. La situación económica es nefasta, en lo deportivo vuelven a tener un año en blanco y la relación con Xavi Hernández puede llegar a su final este mismo fin de semana. Y en todas estas situaciones, el culpable es Joan Laporta.
El presidente del Barcelona llegó de nuevo al club siendo un maestro en la puesta en escena. Colocó una pancarta gigante en Madrid, habló de nuevo con Leo Messi y parecía que el conjunto culé podía a volver a ser lo que ya fue durante la época de Guardiola o Luis Enrique. Pero nada más lejos de la realidad.
Entre los críticos de Joan Laporta, una de las cosas que menos gusta es su 'triunfalismo' y su 'sonrisa oportuna', siendo positivo en todas las situaciones del Barcelona. Pese a estar en una de las mayores crisis de su historia, el presidente ve todo con buenos ojos y quiere volver a reinar en Europa.
Pero cuando las cosas vienen mal, aparecen las 'cortinas de humo'. Una de ellas fue el madridismo sociológico, con el que Laporta quería alejar la atención de la situación del club, señalando al Real Madrid. En vez de limpiar su casa, señala la de los demás.
Estas situaciones provocaron que poco a poco, Laporta fuese perdiendo credibilidad. No sólo entre los aficionados, que le señalan como el culpable por delante de Xavi Hernández, sino también entre sus propios directivos. Los primeros en marcharse fueron Alemany y Cruyff, a los que han seguido un total de doce personas cercanas a Joan que han dejado el club.
Y el último lío con Xavi Hernández, le deja prendiendo de un hilo. Si hace tres semanas, Deco, junto a Joan Laporta, firmaban el acuerdo para la continuidad del técnico la próxima semana, ahora puede estar en sus últimos días. Y todo por unas declaraciones en las que apunta a los problemas económicos de la entidad.
"Lo vamos a intentar. Pienso que el culé debe entender que la situación es complicada, sobre todo a nivel económico tanto para competir con el Real Madrid en España como en Europa. Tenemos una situación económica que no tiene nada que ver con lo que había 25 años atrás, que cuando venía el entrenador venía, decía quiero este, este y este. Ahora no es así. No estamos en las mismas condiciones que los otros clubes con un fair play muy ventajoso o una situación económica mejor", dijo sobre el futuro del club.
Unas declaraciones que no han gustado nada a Joan Laporta, que está cerca de tomar la decisión de la no continuidad de Xavi Hernández. Un cambio de mentalidad a falta de dos partidos para terminar la temporada que demuestra la situación del club, a la deriva, sin rumbo y sin proyecto.