El pasado martes, en el encuentro que el Barça disputó en Vallecas, uno de los niños de la Masía rompió el corazón a todo un vestuario. Marc Bernal, una de las figuras emergentes que han echado abajo la puerta de Hansi Flick, cayó lesionado de gravedad y, con sólo 17 años, dice adiós a la temporada que acababa de arrancar. Justo su posición es un eje esencial vertebrador para un equipo como el Barça, y desde que se marchara Busquets las lagunas en el medio han sido una constante. Bernal es el relevo natural del Busquets perdido y ahora al que pierden es a Marc, y por un buen tiempo.
Tras las pruebas médicas realizadas al barcelonés, los peores presagios se confirmaron. Rotura del cruzado y, por su corta edad, una recuperación lenta y controlada al estar en proceso de desarrollo aún. La ilusión de un chaval de 17 años que llegó al club en prebenjamines se veía frenada en seco. Nadie esperaba que en tan sólo tres partidos de Liga, otro canterano pudiera tener un peso tan grande en un equipo de estrellas. Pero esta es la realidad de un Barça a la deriva en lo económico, y que no le quedaba más remedio que contar con los chavales.
Pensant en la recuperació 💪
Moltes gracies pel support Culers 💙❤️ pic.twitter.com/us7my1Zceg
— Marc Bernal (@MarcBCasas) August 28, 2024
Desde que se marchara Sergio Busquets, incluso mucho antes, el Barça anduvo buscando un jugador que pudiera aunar unas características concretas. Jugar en el Barça de mediocentro es ser un jugador inteligente, tener un control de balón excelente, y leer el juego posicional de forma extraordinaria. Añadido al fútbol moderno exigente post Cruyff, que tenga además una planta y presencia física de cierta contundencia. Cuando Flick llegó al Barça lo tuvo claro: había nuevas exigencias, y las físicas serían prioridad. Bernal le respondió desde la pretemporada y el técnico alemán lo ha hecho jugar todo el tiempo. Superó en minutos a otros jugadores más llamativos como Pau Víctor. Casadó lo ha acompañado pero Flick le dio la manija a Marc.
Su 1'92, su claridad en el juego y su colocación y anticipación, han complementado a un prometedor jugador. Había irrumpido con mucha fuerza. Tal es el caso que la salida de Gundogan no ha sido tan dramática ni siquiera estando aún Gavi y De Jong lesionados. Ahora el Barça tiene un problema: otra vez tendrá toda una temporada sin un mediocentro puro.
Cuando Marc Bernal sorprendió a Hansi Flick y lo convenció en pretemporada, el entrenador, vista la agonía económica, armó un plan. El Barça necesitaba juego interior y exterior pero cerrar la llave de paso del mediocentro era esencial. Iba a confiar plenamente en Bernal todo el año. Estaba decidido. Esparía a Gavi y De Jong, y luego alguna venta para reforzar el gol. Bernal era fijo sin saberlo y llegaba Olmo. La cuenta de Flick tomaba forma. La salida de Gundogan no le iba a preocupar mucho más porque Pedri ya estaba preparado. Ahora habrá que buscar nuevas soluciones. La fuente no es infinita pero Flick tendrá que armar un nuevo plan.