Lamine Yamal aguanta más de 30 minutos con sangre en el tobillo y deja otra exhibición

El FC Barcelona ha vencido al Atlético de Madrid por 0-1 en el Riyadh Air Metropolitano para sellar un nuevo Clásico en la final de la Copa del Rey de La Cartuja. Entre la actuación de los culés destacó una nueva exhibición de Lamine Yamal, que asistió a Ferran Torres en el único gol del partido y aguantó más de media hora sobre el campo con el tobillo sangrando.

El internacional español volvió a ser decisivo para el Barcelona en un partido en el que ya desde el principio se hizo notar. Primero con un caño espectacular en la banda a Giuliano Simeone pisando la pelota, dejando uno de los grandes highlights de la temporada.

También se sacó de la manga un pase con el exterior marca de la casa que no llegó a aprovechar Raphinha pero sí se asoció con premio con Ferran Torres. Lamine Yamal filtró un balón imposible entre la defensa del Atlético de Madrid y el valenciano batió a Juan Musso para hacer el que sería el único gol de la noche.

El de Rocafonda siguió jugando a placer volviendo loca a la defensa rojiblanca, que sólo podía pararle a base de faltas. Así forzó la tarjeta amarilla de un Reinildo Mandava que fue sustituido en el descanso ya que Simeone se temía una expulsión de mozambiqueño.

Lamine Yamal, condicionado por un pisotón de Lenglet

A los 10 minutos de la segunda parte, en un nuevo eslalon, Lamine Yamal recibió un pisotón de Clément Lenglet en la frontal que le lastró para lo que quedaba de partido. El atacante, con sangre en el tobillo que le traspasó la media, aguantó como pudo sin dejar de crear peligro en la defensa del Atlético, como en otra jugada personal en la que se la jugó y Raphinha terminó enfadado con él por no pasársela.

Finalmente, condicionado por estos problemas de tobillo y en vistas de que ya no podía bajar a defender en los últimos minutos, Hansi Flick le sacó del campo en el minuto 87, más de media hora después del pisotón de Lenglet. El alemán dio entrada a Gerard Martín por un Lamine que se marchó sin cojear durante el tiempo que tardó en llegar al banquillo culé antes de la fiesta con la clasificación final.