El FC Barcelona ya ultima su partido contra el Inter de Milán. No hay tiempo para disfrutar de haber conseguido la Copa del Rey y Hansi Flick lo tenía claro desde el principio. No acudieron a celebrar el título con su afición en Canaletas porque quieren culminar la hazaña consiguiendo el triplete. El vestuario seguirá remando para lograr su objetivo más ambicioso y así lo ha demostrado Lamine Yamal en rueda de prensa.
El internacional con la Selección Española ha acompañado a su entrenador y ha atendido a los medios de comunicación antes del partido de ida de semifinales de la Champions League.
Lamine Yamal se ha mostrado cómodo en rueda de prensa y ambicioso con la Champions League: "Tengo muchas ganas de pasar a la final para demostrar a los culés de lo que somos capaces", comenzaba diciendo. Confiesa no tener miedo por lo que se viene, que "lo dejó en Mataró hace tiempo", y lo ha cambiado por "motivación y cosquillas en la barriga".
A pesar del vértigo que puede tener un chico de 17 años, Lamine quiere vivirlo sin la presión de ser comparado: "No me comparo con nadie, pero mucho menos con Messi. Os lo dejo a vosotros, entre nosotros pensamos en mejorar, ser mejor que yo mismo. Intento hacer mi camino, lo admiro porque es el mejor jugador de la historia".
La joven perla azulgrana es uno de los protagonistas de la temporada. Su carácter, atrevido y pícaro, no ha pasado desapercibido en las redes sociales, donde acostumbra a dejar mensajes prepartido para todos los 'haters': "Lo hago para que se me pase el tiempo, para entretenerme. Lo hago porque me aburro en mi casa", explicaba riéndose.
También ha respondido a las críticas de los madridistas tras sus palabras en Barça One al ganar la Copa del Rey. Confesó que el equipo blanco no podía con ellos esta campaña, lo que hizo arder las redes sociales: "¿Crecidito? Bueno, mientras gane, no me pueden decir nada. Cuando ganen, sí", zanjaba serio.
Lamine Yamal no se ha olvidado de señalar que una de las claves de este nuevo Barça pasa por jugar "sintiendo la camiseta". Los niños que se criaron en La Masía viendo triunfar a sus ídolos hoy ponen "corazón cuando no funcionan las piernas".