Luighi, jugador del Palmeiras de 18 años, sale llorando del campo tras recibir insultos racistas en la Copa Libertadores Sub-20

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Un padre, con su hijo en brazos, hizo gestos de mono al palmeriense mientras salía del campo
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Luighi rompió a llorar en el banquillo y en la entrevista a pie de campo
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Las situaciones de racismo en el fútbol cada vez están llegando más lejos. En esta ocasión ha sido en un partido de Copa Libertadores Sub-20, entre el Cerro Porteño y el Palmeiras. Un aficionado local se puso ha hacer gestos y decir insultos racistas mientras un jugador salía del campo.
El objeto de estos actos deleznables se llama Luighi y es un chico de 18 años que milita en el Palmeiras. Las cámaras grabaron cómo le insultaban cuando salía del campo tras ser sustituido. Al no salir por el banquillo, tuvo que recorrerse el campo recibiendo insultos de algunos aficionados. Lo peor llegó cuando un padre, con su hijo en brazos, hizo gestos de mono al jugador diciéndole cosas. El jugador rápidamente se paró y fue a recriminarle. Se formó una tangana al rededor del jugador que intentaba explicar al árbitro lo que había pasado. A todo esto, el padre se había sentado en el banquillo como si no pasase nada.

Luighi terminó llorando desconsoladamente en el banquillo después de lo sucedido. Además, habló entre la entrevista a pie de campo denunciando los actos con voz llorosa. No contentos con los insultos racistas, recibió escupitajos de algunos seguidores del club paraguayo.
😡Racismo por parte de seguidores de C. Porteño hacia Luighi, jugador de 18 años del Palmeiras en la Copa Libertadores U20.
❌️Fíjense en el cavernícola con un niño en su regazo cuando el brasileño abandona el terreno de juego. pic.twitter.com/ASjx2895e0
— Mr. Asubío (@MrAsubio) March 7, 2025
Ni los jóvenes de la Copa Libertadores se salvan
El Cerro Porteño iba perdiendo 0-3 el partido en casa, lo que debió molestar a los aficionados. Sin embargo, esos jugadores aún son niños y esos comentarios les pueden afectar más. Ningún aficionado fue expulsado del estadio por sus acciones, algo inexplicable. El partido tendría que haberse detenido hasta que esas personas fueran echadas, más teniendo en cuenta que se las había identificado con facilidad.
El racismo no solo afecta a clubes europeos, sino que entre países hermanos también existe. Unos actos que tienen que cortarse de raíz para poder disfrutar de un fútbol sin altercados racistas.