Palo en Orriols

El Levante UD se dejó sorprender en el Ciutat de València (0-1) por un Betis que hizo lo justo para llevarse los tres puntos del Ciutat de València pero fue suficiente. Fue el partido más flojo de la era Rubi, que todavía se cuenta en cuatro jornadas y, sin embargo, los granotas tuvieron ocasiones como para conseguir un mejor resultado. Pero faltó aquello de lo que se hizo gala, y mucha, frente al Sporting, que fue la pegada. A Deyverson en esta ocasión se le hizo de noche, al contrario que a Rubén Castro, que dentro del área lo ve todo muy cristalino. Un gol del canario fue suficiente para echar un cubo de agua fría en la ilusión levantinista.

El combate empezó con un directo a la mandíbula del jugador con más pegada del Betis, que no es otro que Rubén Castro. Fue en un saque de córner en corto, Joaquín amagó para un lado y al otro hasta que encontró el hueco por dónde enviarle la pelota al atacante canario. Ya estaba vendido el Levante. El goleador soltó una rosca que hizo estéril la estirada de Rubén Martínez. El golpe dolió pero, por lo que sucedió después, no para dejar knock-out a los de Rubi pues a los pocos minutos tuvieron dos ocasiones clarísimas para empatar el partido. Los granotas cogieron de imprevisto al equipo sevillano y Verza intentó un globito por encima de Adán que se estrelló en el poste. Pero ahí estaba Deyverson para recoger el rechace y, sólo ante la portería, con el meta verdiblanco  rendido... volvió a mandar la pelota al larguero. Incomprensible. De 'Videos de Primera'. Seguro que le dará vueltas el brasileño durante muchos días. O no.
A partir de ahí, al Levante le entraron algunas dudas, no era el equipo que encerraba a su rival en el área contraria, sobre todo porque el Betis no se complicaba y, antes de perderla en la frontal, tiraba balón arriba en busca de Rubén Castro, que estuvo cerca de pillar en otro renuncio a la defensa azulgrana pero, en esta ocasión, Rubén sí que detuvo su disparo. Era el 16' y como respuesta a dos intentos de Camarasa y Deyverson de sorprender a Adán desde fuera del área, pero con tiros imprecisos. El conjunto andaluz, lógicamente, a estas alturas se conformaba con esperar a su adversario y elegir el contragolpe más adecuado, como el de Joaquín en el 33'. El gaditano se plantó ante la defensa y se inventó un vaselina pero de nuevo Rubén Martínez anduvo atento.
En la reanudación, el Levante salió a intentar igualar pronto la contienda y de nuevo con el mismo protagonista que en la clarísima ocasión del primer tiempo: Deyverson. Si ante el Sporting marcó dos goles, frente al Betis hizo doblete de balones a la madera, ya que en el 53' recogió el esférico en el lateral del área y no se lo pensó para soltar un zambombazo que se marchó al travesaño. A partir de ahí, se vio un Levante muy espeso y un conjunto helipolitano que, sin prisa pero sin pausa, esperaba su oportunidad aunque con demasiados metros por delante como para llegar con fuerzas a la portería local. Pese a ello, Ceballos la tuvo en el 56', igual que Varela poco después en una acción en que los de Rubi no supieron sacar el esférico de su área. Ambos jugadores visitantes se encontraron con la reacción de Rubén, que de nuevo evitó que los de Pepe Mel ampliasen distancias.
Al Levante sólo le quedaba la épica, como en tantas otras ocasiones, pero le faltaban las fuerzas y se le apagaban las ideas. Sin embargo, todavía tuvo otra ocasión bastante clara como para, al menos, cerrar un empate. Pero ni el milagrero eventual de otras ocasiones, Víctor Camarasa, fue capaz de acertar y enviar la pelota a la red. El balón cayó en los dominios del de Meliana y, con todo por delante para marcar, tiró fuera el esférico.