El Levante se lleva a Segunda la cabellera del Atlético
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La Liga todavía le reservaba un papel al Levante en esta penúltima jornada y era el de volver a ser juez del campeonato. Un triste deber pero es lo que tocaba, sacar el orgullo e intentar tumbar al Atlético de Madrid, como en las anteriores temporadas, y fue lo que hicieron los de Rubi (2-1). El curso del partido parecía que sería otro con el tempranero gol de Fernando Torres pero en primer lugar Casadesús y casi al final del encuentro Rossi dejaron la victoria en Orriols. Uno de los pocos que se ha llevado el Ciutat de València a la boca en el presente ejercicio. El año que viene toca volver a bajar al barro aunque este ejercicio el equipo ya ha chapoteado suficiente en los ojos de sus aficionados.
La tarde pintaba como un puro trámite para el conjunto de Diego Pablo Simeone, con un Levante hundido tras el descenso y la grada coloreada en rojo y blanco. Al menos, es lo que parecía con el arranque del encuentro pues se acababa de cumplir el minuto y medio cuando Fernando Torres ya había alojado el balón en el fondo de las mallas. La jugada, la habitual, pase filtrado de Koke hacia el de Fuenlabrada y el 'Niño' la picó ante la salida de Mariño y la espalda 'rota' de Navarro. El guión perfecto para el técnico visitante, viendo el rodillo desde una cabina de radio por su sanción de tres jornadas. Pero seguro que el argentino no esperaba que la 'retransmisión' fuese tan accidentada, ya que el Atlético poco a poco se fue difuminando sobre el césped del Ciutat de València mientras un ordenado conjunto granota se lanzaba a recuperar la poca cuota de orgullo que queda en juego esta temporada.
En el minuto 10, un saque de esquina a favor del Levante terminó con la pelota en la frontal y Verza disparando desde la frontal, fuerte pero sin colocación y Oblak no tuvo problema en atajar. Al Atlético todavía le quedaba algo que mostrar con las caídas de Torres en el balcón del área y en el 13', entrando por la izquierda, el madrileño disparó demasiado cruzado. Poco después, era Cuero el que lo intentaba con una volea demasiado cruzada. El colombiano apuraba sus últimas opciones de estrenarse esta temporada aunque su contribución llegaría en forma de asistencia medida. El extremo llegada de Banfield centró hacia Víctor Casadesús y el balear respondió con una de sus especialidades: un testarazo a la escuadra derecha ante el que nada pudo hacer Oblak para evitar el 1-1.
Parecía mentira pero el Atlético se jugaba el título de Liga y de nuevo se le podía atragantar el viejo feudo de Orriols. No se esperaban seguramente los rojiblancos, acostumbrados a adelantarse y subirse al autobús (sobre el césped), la reacción de vergüenza torera de los granotas. Aún tuvo el conjunto colchonero una última antes de que se consumiesen los primeros 45 minutos con una volea de zurda de Fernando Torres al segundo palo tras un centro pasado de Juanfran. Necesitaba más artillería la escuadra rojiblanca y la metió su entrenador cuando, tras pasar por vestuarios, saltaron al terreno de juego Griezmann y Ferreira Carrasco.
Al francés, como al resto de jugadores rojiblancos, les costó cogerle el pulso a la segunda mitad aunque terminaron volcados en el área granota. Griezmann se empleó a fondo para intentar adelantar de nuevo al Atlético pero en sus dos primeros intentos, en el 73' y el 77', se encontró con la respuesta de Mariño, del mismo modo que su compañero Torres con otro disparo que paró el gallego. El conjunto de Simeone ya estaba totalmente entregado a su única causa que era la de marcar por todos los modos el segundo tanto y estuvo a punto de costarle caro con una contra en que cinco futbolistas del Levante se vieron las caras con tres zagueros rojiblancos... pero lograron salvar los muebles. A Morales se le quedó la pelota atrás, la rebañó como pudo Rossi pero disparó demasiado elevado.
Pese a que el Barcelona goleaba en su partido, el Atlético seguía lanzándose a la desesperada y los visitantes reclamaron una caída de Juanfran Torres entre dos defensores azulgrana pero González González no estimó que fuese penalti. Los rojiblancos se desquiciaban y todavía podía haber sido peor si un zurdazo potente de Rubén García se le hubiese terminado de escapar de las manoplas a Oblak pero el polaco lo evitó. Aunque de poco sirvió porque, instantes después, quien no fallería sería Rossi para echar al traste definitivamente las opciones atléticas de ganar el campeonato. El italiano, en una fulminante contra del Levante comandada por Morales, recogió el pase de la muerte del madrileño para batir con un zurdazo de primeras al cancerbero adversario. Los aficionados rojiblancos, y casi que tampoco los azulgrana, no se lo creían. Las cosas que tiene el fútbol, el Levante ya descendido todavía tenía un papel que jugar en esta Liga y era el de hacer su trabajo, el que no hizo el conjunto colchonero, y volver a ser juez en el torneo nacional.