El duelo de Liga entre 'MSN' y 'BBC'
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La Liga 2014-15 bajó el telón con un campeón incuestionable, el Barcelona, cuyos argumentos se aunaron exitosos tras el caos de Anoeta para ligar la magia de la denominada 'MSN' y la fortaleza en la recuperación de balón y en la zaga, y derrotar a un Real Madrid que tuvo el título a su favor hasta que fue víctima de su desequilibrio.
De nada le valió al conjunto de Carlo Ancelotti ser el máximo goleador del torneo con 118 dianas -tan solo tres menos que el récord del equipo con Jose Mourinho- y de contar con el máximo artillero, Cristiano Ronaldo, que completó la Liga con 48.
El Real Madrid, al amparo de una espectacular racha -22 victorias consecutivas entre todas las competiciones- tras un discreto inicio de temporada, llegó a disponer de cuatro puntos de ventaja, pero fue víctima de su vulnerabilidad en el apartado de la contención.
Ni siquiera el tremendo esfuerzo en el trabajo defensivo que asumieron el colombiano James Rodríguez y el malagueño Isco Alarcón como escuderos del alemán Toni Kroos, cuyo trabajo en un puesto que no era el suyo, permitió al equipo de Ancelotti encontrar el equilibrio. Las lesiones del croata Luka Modric hicieron el resto.
La 'BBC', pese al rendimiento goleador de Cristiano Ronaldo, fue superada por la 'MSN'. Leo Messi recuperó esta temporada su mejor versión. Terminó con 43 goles y fue la guía y el faro de Barça. El brasileño Neymar, en su segunda campaña como azulgrana, reivindicó su figura. La llegada de Luis Suárez fue clave, determinante. El charrúa completa un tridente ofensivo sin parangón.
La 'MSN' acumuló 81 dianas y la 'BBC' 76. El francés Karim Benzema secundó a la distancia a Cristiano Ronaldo con 15 dianas y el galés Gareth Bale ha tenido un rendimiento discreto con trece dianas, las mismas que James Rodríguez, cuya aportación le hacen ser de lo más positivo de presente y futuro en el cuadro madridista.
Pero el Barcelona no es solo ataque. Luis Enrique, en su primera campaña al frente del conjunto azulgrana, consiguió que el equipo recuperase una de las señas de identidad de la etapa de Pep Guardiola: la presión en la salida del balón del rival.
El trabajo conjunto de todo el bloque, no solo de la zaga, es clave para el Barcelona, que además encontró relevo de garantía para la portería con el chileno Claudio Bravo y el alemán Andre Ter Stegen.
El Barcelona encajó tan solo 21 tantos en toda la temporada. El trabajo en esa presión, en la zaga y el acierto principalmente de Claudio Bravo -titular en la Liga- complementó a la perfección ese reencuentro con los orígenes de un sistema que añadió esta campaña vértigo al juego combinativo.
Estuvo las ocho primeras jornadas imbatido. Encajó el primer gol en el Santiago Bernabéu (donde perdió 3-1) y aunque enlazó un nuevo disgusto al caer frente al Celta (0-1 en el Camp Nou) su peor momento llegó en una noche infausta en Anoeta en el primer encuentro de 2015 (1-0, Jordi Alba en propia meta).
Ese fue, no obstante, el punto de inflexión para un Barcelona que parecía descomponerse pero que se rehizo y creció a la par que el Real Madrid disminuía su rendimiento y que no supo aprovechar su ventaja.
La victoria en el Camp Nou ante el Real Madrid (2-1) fue determinante. El Barcelona, con la 'MSN' en plenitud, estaba imparable. Pese al empate en el Ramón Sánchez Pizjuán llevaba una velocidad de crucero constante que le llevó a cantar el alirón a falta de una jornada.
Lo hizo en el Vicente Calderón, ante el Atlético de Madrid, de nuevo con Messi al frente, ante el equipo que le había ganado el título el curso anterior en el Camp Nou, que en esta oportunidad tuvo que claudicar tras luchar con los dos grandes acorazados a falta de un cuarto de Liga.
El conjunto del argentino Diego Pablo Simeone entregó el testigo con la cabeza muy alta, con sus señas de identidad por todo lo alto, pero sin la capacidad ofensiva tan poderosa pese a la magnífica campaña cuajada por uno de sus refuerzos, el francés Antoine Griezmann. La salida del hispano-brasileño Diego Costa al Chelsea se dejó sentir.
Al menos pudo amarrar la tercera plaza, importante porque supone evitar la eliminatoria previa de la Liga de Campeones, a la que se ve obligado el nuevo Valencia del portugués Nuno y del millonario Peter Lim, que retorna a Europa con un equipo joven y de futuro tras una campaña más que prometedora porque se presenta como el primer paso de un proyecto ambicioso.
El Sevilla, a la espera de disputar la final de la Liga Europa contra el Dnipro ucraniano que le podría reportar el acceso a la Liga de Campeones, sacó otra buena nota bajo la precisa dirección de Unai Emery. Finalizó quinto y por momentos tocó el cuarto puesto. El manejo de sus recursos volvió a ser atinado por parte del técnico vasco una campaña en la que tuvo que reconstruir buena parte de su bloque principal tras desprenderse de hombres como el croata Ivan Rakitic o el argentino Federico Fazio.
El Villarreal brilló con luz propia y tan solo le sobró la parte final de la temporada, tras amarrar una nueva presencia europea, y el Athletic, a expensas de la final de la Copa del Rey contra el Barcelona, también supo rehacerse a momentos complicados para concluir séptimo y asegurarse repetir Liga Europa.
El Málaga de Javi Gracia fue una de las sensaciones de la campaña y durante mucho tiempo soñó con Europa, pero finalmente no pudo alcanzar el objetivo, al igual que le pasó al Celta, cuyo gusto por el espectáculo y el fútbol ofensivo también le castigó en algún determinado encuentro y no pudo llegar a plazas continentales.
Más que notable, por la escasez de medios, fue la temporada del Rayo Vallecano de Paco Jémez, elogiable la labor de Fran Escribá al frente del Elche, y hasta milagrosa la salvación del Getafe debido a los problemas acumulados a lo largo de un año muy difícil.
El Granada y el Deportivo vivieron una temporada por momentos de pesadilla pero en la última jornada lograron una agónica salvación, al contrario que el Eibar y el Almería, que se unieron al Córdoba en el descenso a Segunda.
El conjunto de Gaizka Garitano completó una primera vuelta para enmarcar, maravillosa. Pero pasó de ser el equipo revelación a caer hundido y perder la categoría en un triple empate. Si el Deportivo no hubiera empatado en el Camp Nou el conjunto armero se habría salvado.
El Almería merodeó siempre con el peligro y pese a los cambios de entrenador y la llegada al final del exinternacional Sergi Barjuán no pudo encontrar la salvación al perder en el último encuentro ante el Valencia (2-3).