El Betis, a consolidar proyecto deportivo e institucional entre los grandes

El Real Betis se prepara para la vuelta a la Liga BBVA, después de un año en el purgatorio de la Segunda, con el firme propósito de consolidar un proyecto institucional y deportivo entre los grandes del fútbol español y evitar de una vez por todas los vaivenes que históricamente da este club.

Un equipo que para la temporada 2015-16 estará arropado por más de 40.000 abonados es difícil de entender que no tenga unas estructuras sólidas, y ello se comprueba con el dato de que en lo que va de siglo XXI ha descendido tres veces a la categoría de plata.
La última de ellas fue en la campaña 2013-14 y lo hizo como colista descolgado con solo 25 puntos, el segundo peor último clasificado de Primera en lo que va de este siglo tras el Málaga (24 puntos en 2006), y ofreciendo una penosa imagen con un carrusel de cambios de entrenadores (Pepe Mel, Juan Carlos Garrido y el argentino Gabriel Humberto Calderón).
Y todo ello rodeado del conflicto accionarial que sufre la entidad, si bien, ya en el curso pasado, el regreso de Mel al banquillo en sustitución de Julio Velázquez le dio un rumbo firme al equipo, que logró el ascenso a Primera como campeón a falta de dos jornadas para que concluyera el torneo.
Ahora sigue el entrenador madrileño al frente de la plantilla y Juan Carlos Ollero como presidente, a los que se ha unido en la planificación de la temporada Eduardo Maciá como director deportivo.
El técnico valenciano, en estrecha relación con Mel, se ha esforzado en formar una plantilla de garantías para que el equipo se mantenga de una manera desahogada en Primera como un primer paso ante de subir peldaños hasta luchar a medio plazo por otras metas en la zona alta de la clasificación.
El problema es que el club está aún inmerso en un concurso de acreedores en el que entró hace varias temporadas debido a la mala situación económica, lo que le impide desembolsar grandes cantidades para la contratación de futbolistas.
Además, el conflicto accionarial también está muy presente, pues al que fuera máximo dirigente durante muchos años, Manuel Ruiz de Lopera, le retiraron judicialmente su paquete mayoritario de acciones y, aunque en julio la Audiencia de Sevilla le devolvió los derechos políticos sobre esos títulos, el asunto aún está en diferentes tribunales.
El club ha convocado para finales de septiembre una junta general extraordinaria de accionistas para tratar la formación de un nuevo consejo de administración y en esa cita se podrá clarificar algo el futuro societario de la entidad verdiblanca.
Mientras, los actuales gestores siguen con la planificación administrativa y deportiva y Macià ya ha traído ocho refuerzos para ponerlos a las órdenes de Mel. El fichaje estelar es el centrocampista internacional holandés Rafael van der Vaart (Hamburgo alemán), que, con 32 años, ha firmado un contrato por tres temporadas con el club verdiblanco.
La lista la completan el lateral italiano Cristiano Piccini, cedido el pasado año y fichado ahora en propiedad al Fiorentina; dos centrocampistas: el galo Didier Digard (Niza) y el brasileño Petros Matheus (Corinthians); y cuatro defensas: el egipcio Amro Tarek (El Gouna), el argentino Germán Pezzella (River Plate) y, los últimos en llegar, el veterano alemán Heiko Westermann (Hamburgo) y el lateral zurdo internacional peruano Juan Manuel Vargas (Fiorentina).
Además, los técnicos del Betis aún buscan reforzar la delantera del equipo con un atacante rápido, algo en lo que ha incidido Mel. Estos jugadores se unen a los que ya dieron la talla en el ascenso, como el meta Antonio Adán, Rubén Castro -máximo goleador de la historia del club- o la joven perla de la cantera verdiblanca, el centrocampista Dani Ceballos, uno de los destacados en la selección española sub-19 que este verano se proclamó campeona de Europa.
Con todos ellos y el apoyo de su fiel afición, el Betis espera iniciar con buen pie su retorno a Primera y que la tranquilidad sea la norma en el discurrir de la temporada.