Dubasin deja helada La Romareda en el descuento

El Real Zaragoza deberá seguir sufriendo. El Sporting empieza a quedarse en tierra de nadie. Ambos sumaron un insuficiente punto para sus respectivas aspiraciones, para los maños era dar un pequeño paso adelante en busca de evitar cualquier tipo de sufrimiento y para los asturianos agotar sus últimas opciones de intentar engancharse a la lucha por una plaza para la promoción de ascenso.

El marcador se quedó corto para las claras oportunidades que tuvieron tanto zaragocistas como sportinguistas, en un encuentro en el que los locales sacaron petroleo del mal inicio de su rival en la segunda mitad, pero terminaron pidiendo la hora dejando claros sus numerosos desajustes defensivos que tanto le están lastrando.

Zaragoza y Sporting, faltos de criterio

Ni zaragocistas, ni spotinguistas se sintieron cómodos al comienzo del encuentro y les costó mucho asentarse sobre el terreno de juego pero sin ser capaces ninguno de los dos de hacerse con el control del juego.

La carencia de criterio en las acciones de unos y otros provocaba un juego excesivamente trabado con acciones carentes de calidad que se diluían en las aproximaciones al área. Femenías y Yáñez prácticamente no tenían trabajo.

La primera ocasión del encuentro llegó para los maños en un pase de Dani Gómez a Pau Sans que revolviéndose entre dos defensores rojiblancos terminó rematando con todo a su favor pero Yáñez consiguió tocar el balón cuando ya se colaba.

La réplica llegó en una rápida contra de Nico Serrano. El juego entró en un ida y vuelta con dos clarísimas oportunidades para los hombres de Rubén Albes, primero con un potente disparo de Gelabert que Femenías desvió pero la diabólica parábola del balón tomó camino del gol y Arriaga terminó sacándolo de cabeza sobre la misma línea.

La nueva ocasión de los gijoneses llegó con el descanso próximo con un potente disparo desde fuera del área de Nico Méndez que rozó levemente el cancerbero blanquillo para que el balón acabase estrellándose en el poste.

Dani Gómez y Francho dieron la respuesta con dos buenas intervenciones de Yáñez, ya con el tiempo acabándose. El marcador no se movió en una primera parte en la que hubo más ocasiones que calidad de juego.

Soberón y Dubasin, goleadores

El pase por el vestuario le sentó muy bien a los locales que salieron centrados y con mucha intensidad ante un adversario que se vio sorprendido por la transformación de los zaragocistas.

El desconcierto de los gijoneses se tradujo en un primer disparo de Liso con mucho peligro y poco después un balón dentro del área a Soberón que supo revolverse ante Kevin Sánchez para colocar el balón lejos del alcance de Yáñez.

La desconexión inicial del Sporting le puso cuesta arriba el partido, aunque poco a poco fue ganando posiciones en el terreno de juego ante un Real Zaragoza que dio un pasó atrás, pero fueron los maños los que pudieron volver a marcar en un gran remate de Pau Sans que salvó in extremis Yáñez.

Los locales daban muestras de la debilidad defensiva que les está condenando en numerosas ocasiones ante un Sporting cada vez más incisivo, pero los maños también eran capaces de llegar con peligro hasta el área rival creando ocasiones claras.

Los asturianos empezaron a ver que podían llevarse algo de La Romareda y en una acción coral en ataque un centro de Pablo García desde el lateral izquierdo Campuzano lo tocó de cabeza hacia detrás para que Dubasin rematase sin dar opción a Femenías. La igualada estaba ahí y los nervios cambiaron de bando.

Todavía tuvieron los rojiblancos opciones de voltear por completo el partido en una contra en la que esta vez Dubasin le dejó un claro pase a Campuzano que no tuvo el acierto suficiente para volver a perforar la portería blanquilla.

Los blanquillos respiraron un poco, porque el empate no les aleja de la zona de peligro. Los asturianos, sin problemas por abajo empiezan a ver demasiado lejos la parte alta.