Ewa Pajor marca el camino y Aitana Bonmatí sentencia un Clásico eléctrico en Montjuïc
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Cata Coll sostuvo al Barça con intervenciones decisivas
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El Barça salió al césped del Estadio Olímpico Lluís Companys con la promesa de Alexia aún resonando en la previa: “hemos venido a por todo”. Y así fue. Las azulgranas dominaron un Clásico vibrante, lleno de VAR, ocasiones claras y polémica, que terminó decantándose gracias al olfato de Ewa Pajor, la firmeza de Cata Coll y la irrupción final de Aitana Bonmatí para sentenciar la revancha del pasado mes de marzo.
Ewa Pajor abre el camino en un inicio frenético
El partido arrancó con máxima intensidad. En apenas 35 segundos, Alexia Putellas estrelló un cabezazo en el palo y, al otro lado, Weir vio anulado un gol por fuera de juego. El ida y vuelta fue constante: Pajor también vio cómo le anulaban un tanto, mientras Linda Caicedo tuvo el empate en una doble ocasión que acabó frustrada por Cata Coll y el poste.
La insistencia culé dio frutos en el minuto 15, cuando Pajor cazó un balón suelto en el área pequeña y definió con jerarquía para abrir el marcador. La polaca firmó su segundo tanto al 30’, tras un centro de Graham Hansen que volvió a castigar la fragilidad defensiva blanca. Con este doblete, la delantera se quedó a un solo gol de igualar a Alexia como máxima goleadora histórica del Clásico.
🎁 Pina 𝐚𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞
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— Liga F (@LigaF_oficial) November 15, 2025
El VAR, protagonista en el Clásico
El Barça perdió a Brugts por lesión tras no poder apoyar la pierna, obligando a Romeu a reajustar su defensa. Aitana Bonmatí entró para dar control, aunque la iniciativa siguió siendo del Real Madrid.
Las blancas mejoraron con los cambios: Athenea, Alba Redondo e Irune Dorado aportaron frescura, y el equipo de Pau Quesada rozó el gol en varias acciones. Pero ahí emergió, otra vez, la figura gigantesca de Cata Coll. La guardameta firmó dos paradas decisivas a Weir (80’ y 81’), uno de ellas tras un penalti pitada al conjunto blanco.
La polémica llegó en el tramo final con un posible penalti sobre Athenea que la colegiada revisó eternamente en el VAR para acabar señalándolo… y anulándolo después por falta previa.
El carrusel de sustituciones cambió el tono del partido. La entrada de Aitana Bonmatí dio al Barça el control que necesitaba y la delantera suiza Sydney hizo daño nada más entrar, aprovechando una recuperación de Kika Nazareth para firmar el tercer gol azulgrana. En plena oleada ofensiva llegó la jugada que cerró el Clásico: una Mapi León majestuosa vio el desmarque de Aitana desde segunda línea y la asistió con una precisión quirúrgica para que la Balón de Oro hiciera el cuarto.
El Madrid, que había rondado el gol, perdonó demasiado. El Barça, en cambio, convirtió cada oportunidad decisiva. Y así selló una victoria contundente, simbólica y con sabor a revancha.