Al-Khelaïfi toma medidas y manda seguridad a las casas de Messi, Neymar y Verratti
El lío en el PSG es tremendo y los actos de algunos aficionados han tenido consecuencias directas. Tanto es así que las casas de Leo Messi, de Neymar Jr. y de Marco Verratti han recibido un refuerzo de agentes de seguridad, después de los insultos proferidos por varios cientos de hinchas del París Saint Germain frente a la sede administrativa del club que preside Nasser Al-Khelaïfi.
La prensa francesa informa este jueves de la medida adoptada por el PSG después de que un centenar de seguidores se desplazase ayer mismo hasta la mansión de Neymar en Bougival (una localidad al oeste de París), para pedirle al brasileño que se vaya del club francés.
De madrugada, el equipo dirigido por el catarí Nasser Al-Khelaïfi condenó "de la manera más firme los actos intolerables e insultantes de un pequeño grupo de individuos" y, en un comunicado, brindó su apoyo a los futbolistas frente a unas actitudes que calificó de "vergonzosas".
Insultos para todos: de Messi a Al-Khelaïfi
Además de la preocupación por el domicilio de Neymar, el de Messi, situado en Neuilly-sur-Seine, también está bajo las atenciones del club, así como el centro del entrenamiento del Camp des Loges, situado en la ciudad de Saint-Germain en Laye (oeste de París).
El miércoles, unos 300 seguidores convocados por el colectivo de hinchas radicales CUP protestaron ante las puertas de la sede administrativa del PSG en Boulogne-Billancourt (al suroeste de París). "¡Neymar, que te den!" o "Estamos hartos de mercenarios: ¡Fuera Messi" fueron algunos de los gritos que se escucharon.
Los concentrados también exigieron la dimisión de Al-Khelaifi, quien, durante sus 11 años en la entidad, ha contratado a muchas estrellas con los millones de Catar.
La manifestación coincidió con la dura sanción a Leo Messi de dos semanas sin empleo y sueldo impuesta por, según el club, haberse ido el lunes a Arabia Saudí para promover el país como destino turístico sin haber pedido permiso, y eso un día después de una derrota liguera del PSG ante el Lorient (1-3).