(4-0) El Málaga se exhibe en su puesta de largo
El Málaga se exhibió de principio a fin en su puesta de largo veraniega ante su público. Porque los que se reunieron en La Rosaleda para disfrutar del Costa del Sol en una jornada ferial salieron de Martiricos con una sonrisa en la boca. No fue para menos. El Málaga pasó por encima de un Peñarol (4-0) que, si hay que reconocer que ha perdido cierto brillo que envuelve su historia, también se ha de recordar que viene de ser subcampeón de la Libertadores. No importó que el rival fuera uno de los mejores equipos de América. El cuadro de Manuel Pellegrini le endosó cuatro goles que pudieron ser alguno más. Gran noticia ésta, el Málaga presumió de artillería y efectividad. Pero merece incluso más la pena celebrar la forma con la que se ganó, con absoluto dominio de la situación y ofreciendo un recital de juego de toque. Un auténtico sueño en una noche de verano que anticipa lo que puede ser en Liga dentro de una semana.
Pellegrini, como en la semifinal del Carranza, echó mano de su mejor repertorio y puso sobre el césped al que salvo alguna pincelada será el once que salte de primera hora ante el Barcelona. Con Apoño guiando el timón, Cazorla con ganas de agradar, un Baptista imperial, Joaquín exhibiendo el quilate de sus botas y Van Nistelrooy presto para el gol, el Málaga sometió a un Peñarol que poca resistencia pudo mostrar. No rehuyó del choque ni le perdió la cara al encuentro, pero Baptista, quizá el futbolista que mejor simboliza la ambición de este nuevo Málaga, pronto se encargó con su gol tras una falta de romper las ilusiones uruguayas. El cuadro albiceleste siguió a lo suyo, que es adueñarse del balón, cuidarlo, mimarlo para imprimirle velocidad cuando se avista la portería. Como ejemplo el primer tanto de 'Van Gol', tras un acelerón por banda de Joaquín. El holandés controló, se la acomodó y tiró. Tres toques y la segunda diana para el marcador.
Tras la reanudación, más de lo mismo, aunque con algunas caras nuevas. Seba Fernández, en este sentido, fue un martirio para sus compatriotas. Desde la izquierda no dejó de incordiar y, a diferencia de tardes anteriores, no le abandonó la efectividad. Un preciso centro suyo murió en la testa de Van Nistelrooy. La afición se relame con el saco de goles que parece prometer el punta. El Málaga continuó con su juego de tiralíneas que apenas permitió al Peñarol disfrutar de un par de opciones claras. Así llegó el definitivo de 'Papelito', que culminó una gran contra, delicatessen de Duda incluida. A partir de ahí, carrusel de cambios para que Buonanotte subiera un escalón en su fase de adaptación o Rondón se llevase su premio. Poco le faltó. El premio más importante se lo lleva el Málaga en forma de ilusión y confianza para la verdad liguera merced a un triunfo que deleitó a una hinchada entregada a los suyos.
