La Rosaleda más blanquiazul
La Rosaleda más blanquiazul. El ambiente en Martiricos fue, otra vez, para recordar. Había que ponerse las galas más lujosas. Es la Champions y es el Borussia Dortmund, un auténtico equipazo, visto lo visto.
Pese a ello, se sacó el empate, no se encajó ningún gol y se irá a Alemania con las opciones intactas. Se cantó de nuevo lo de "¡Sí se puede!".
Fue día grande en Málaga. Por la mañana, el centro y los alrededores fueron un trasiego de aficionados alemanes que se caracterizaron por su cordialidad y tranquilidad. En La Rosaleda dieron un recital de cómo se anima. Un anticipo del 'Muro Amarillo'. No pararon de cantar ni de botar un instante. El Málaga ya sabe lo que le espera en el Westfalenstadion. Algún seguidor del Dortmund sí que se coló en las butacas de los abonados.
Claro que la afición malaguista no quedó atrás. Nuevamente bufandeo y canto del himno para elevar a los de Pellegrini hacia la victoria. No se produjo el desenlace del día del Oporto, pero no se estuvo lejos. La gran diferencia de aquella noche fue que el mosaico gigante sí lo fue esta vez. Aunque hay margen de mejora, La Rosaleda fue casi por completo blanquiazul. Casi porque la zona visitante fue amarilla y negra. Precioso constrante, inmejorable ambiente.
Nuevamente, las peñas estuvieron a la altura de la cita. Hay que reconocer el trabajo del 'Frente Bokerón', que desplegó dos tifos impresionantes. "Batalla a batalla, conquistaremos Europa" y "Europa es blanquiazul" rezaban. También 'Malaka Hinchas' dio colorido al campo desde su curva. Se coreó el "illa, illa, illa, Juanito maravilla!". El martes se cumplió 21 años de su fallecimiento.
El encuentro del Málaga volvió a concitar una atención máxima. La tribuna de prensa estuvo a rebosar, en especial los asientos de medios internacionales, con medio centenar de profesionales germanos. En el palco, habituales como Antonio Banderas y un novato como Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD). Unai Emery, técnico del Sevilla, volvió a visitar La Rosaleda, aunque en esta ocasión se desplazó con el director técnico nervionense Monchi.