Isco espera en silencio la llegada de 'su' Málaga
No será un partido más. No puede serlo. Ni para el Málaga ni para los malaguistas. Mucho menos para Isco. Por primera vez tendrá delante al equipo de su tierra, con el que caminó de la mano, creciendo y habitando parajes desconocidos para ambos.
El Golden Boy saltará al césped del Bernabéu con el escudo del Real Madrid en el pecho. Sentimientos encontrados.
Había ganas en Málaga y en otros muchos sitios de escuchar lo que tuviera que decir sobre este reencuentro. Sin embargo, en las entrañas de la Castellana han decidido silenciarle. Ni comparencia pública ni entrevistas personales cuando el partido está ya a la vuelta de la esquina. Una bunkerización difícil de descifrar. Conociendo al futbolista, no habría caído en ninguna 'trampa', todo lo contrario.
Pero donde siempre habla es en el campo. Las maravillas que mostraba en La Rosaleda de blanquiazul se han amplificado por ese potente altavoz que es el Bernabéu. No hay dudas de su valía ni quejas por su coste (si acaso en Málaga, cuya venta sigue resultando 'barata' para muchos). Cayó de pie en la capital, ganando partidos, marcando goles de todo tipo, dibujando controles imposibles, enseñando que allí también es un prestidigitador del pase.
El reencuentro con sus excompañeros -bromas tuiteras al margen- será cariñoso. Dejó una huella indeleble. Se espera que no celebre ningún gol en el caso de que marque este sábado.
