La Rosaleda siempre dice sí
La Rosaleda estuvo a la altura en un día y una hora atípica para un partido de Liga. Martes, día laboral para el que tenga la suerte, y 20:00 horas, no tarde, pero algo temprano. El caso es que los aficionados no faltaron a su cita en Martiricos y casi llenaron las gradas.
Buena parte de culpa la tuvo el Málaga con una serie de promociones sociales que se llevaron a cabo en los días previos. Y por supuesto la fidelidad y el compromiso de los socios.
A pesar de los intentos del árbitro, el partido estuvo marcado por un nombre, Miguelón, joven malagueño y malaguista fallecido el pasado fin de semana en un accidente de tráfico en Madrid. Miguelón era uno de los miembros más carismáticos del Frente Bokerón, que se volcó para honrar su memoria con un tifo espectacular: “Eterno Miguelón”, y muchos cánticos. Al homenaje, que incluso se prolongó hasta después del partido, se sumaron otras peñas con pancartas y coros. También el Málaga que, a través de Duda, entregó tras el calentamiento un ramo de flores a miembros de la peña de Fondo (en la foto).
Igualmente, hubo homenaje para Adolfo Suárez, ex presidente del Gobierno fallecido el pasado domingo. Se guardó un respetuoso y completo minuto de silencio mientras su imagen se proyectaba en los videomarcadores. Después llegó el partido, donde volvió a sobresalir la figura de Willy Caballero. “Willy selección”, se escuchó en las gradas. Y la historia del arbitraje, ya conocida, con varias broncas para Delgado Ferreiro y algunos jóvenes que saltaron al campo pacíficamente tras el pitido final y cuya invasión fue advertida en el acta por el colegiado vasco: "Una vez terminado el partido y mientras abandonábamos el terreno de juego, saltaron al mismo un número aproximado de 15 niños, con la intención de conseguir las camisetas de los jugadores".
