En Cali, la cuna del 'Palomo' Usuriaga

El único jugador colombiano de la historia del Málaga responde al nombre de Albeiro Usuriaga López, El Palomo para la posteridad. Nació en Cali en 1966, justo donde se encuentra el Málaga para jugar en la medianoche de este domingo ante el Deportivo. Allí fue acribillado con una balizada en 2004, en una esquina de su barrio, el 12 de Octubre, mientras jugaba a las cartas. Aún no había cumplido los 38 años.

Usuriaga apenas jugó unos meses en Málaga. Desde abril a diciembre de 1990. Pero hizo historia, fue el primer jugador de su país en la Liga de España. Llegó como delatero estrella, como refuerzo para salvar la categoría en la temporada 89/90 a las órdenes de Antonio Fernández Benítez. No era un cualquiera. Había sido el año anterior el artífice (siete goles en el torneo) en la conquista del primer título de la Copa América para un equipo colombiano, el Nacional de Medellín. Y fue clave para que Colombia volviera a un Mundial tras tres décadas con el tanto del pase en la repesca ante Israel. Pero un problema disciplinario, sambenito que le acompañaría toda su carrera, haría que Maturana le dejara fuera de Italia'90. Alto, por encima del 1.90, bien dotado técnicamente, jugó en Málaga 17 partidos oficiales; seis en Primera, dos en la tétrica promoción de descenso ante el Espanyol que empezó a cavar la fosa del Club Deportivo y nueve en el intento de vuelta, interrumpido para él antes de tiempo. Se marcharía después de marcar cuatro goles, uno de ellos ante el Tenerife en la última jornada en Primera. Y tres en Segunda. También mojaría en la infausta tanda de penaltis ante el equipo catalán, en la que Pedro Jaro falló el tiro para asegurar la permanencia antes de que, después de una interminable agonía, un error de Villa y un gol de Albesa devolvieran al entonces Español a la élite y mandaran al CD Málaga al purgatorio del que no se salió en Cádiz un año después. El Palomo dejó huella entre quien le conoció. Llegó con 23 años y un aura de dandy y juerguista le acompañó toda su carrera y en la Costa del Sol no fue la excepción. El Málaga se adelantó al Logroñés para lograr su cesión en ese tramo final de la temporada. Su castigo sin Mundial le permitió venir, sin éxito en la empresa colectiva. Jugó en 16 equipos (América de Cali, Bucaramanga, Millonarios, Cúcuta, Tolima y Deportivo Pasto (Colombia), Málaga (España), Barcelona (Ecuador), Independiente, All Boys y General Paz Juniors (Argentina), Santos (Brasil), Carabobo (Venezuela), Sportivo Luqueño (Paraguay), Necaxa (México) y Revolution (EEUU)) de nueve países distintos. Pero dicen quienes que le trataban que en ningún sitio estaba como La Doce, donde fallecería de manera precoz. Fue estrella en un mágico Independiente de Avellaneda que lo ganó casi todo al lado de Gustavo López (ahora en Canal Plus), Rambert y un puñado de jugadores (Cagna, Serrizuela, Rotchen, Perico Pérez, Desio) que harían carrera en España más tarde. Allí fue mito, pasó por el legendario Santos, tuvo un infructuoso segundo paso por el Rojo de Avellaneda, de donde salió por un positivo por cocaína. No volvió a Europa, Málaga fue su único destino fuera de América. Cuando esperaba un último contrato en Japón, Usuriaga fue asesinado por sicarios en 2004 en una truculenta historia, por relacionarse sentimentalmente con la ex mujer de un peligroso delincuente. Los años más cruentos del Cartel de Cali habían pasado, pero al inolvidable Palomo la muerte le llegó demasiado pronto, en la esquina de su casa. No jugó en el Deportivo, pero fue ídolo en Cali, su territorio. Allí está el Málaga.