De apuesta arriesgada a un notable
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Cuando en mayo de 2014 el Málaga, poco antes del inicio del Mundial de Brasil y por recomendación de Mario Husillos y visto bueno de Casado y Shatat, apostó para suceder a Bernd Schuster por un entrenador que acababa de descender a Segunda División con el Osasuna, más de uno se echó las manos a la cabeza. Javi Gracia se marcha, numéricamente, cerca de los mejores entrenadores de la historia del Málaga en Primera División.
Un octavo y un noveno puesto en sus dos años, en la mitad alta de la tabla y con opciones de Europa en la segunda vuelta. Un buen puñado de jugadores consolidados desde la cantera que se revalorizaron y se vendieron bajo su manto (Darder, Juanmi y los Samus), otro grupo que está ya ahí (Fornals, Juanpi, Ontiveros...) y lo que viene por el camino.
84 partidos, 76 de Liga y 8 de Copa del Rey, con 28 victorias, 22 empates y 34 derrotas. 90 goles a favor y 92 en contra. Su estancia en el Málaga será recordada como momento icónico por el triunfo en el Camp Nou (0-1) ante el Barça del triplete con un equipo repleto de canteranos. Pero dejó más. Estuvo a punto de entrar, después de cuatro décadas, en unas semifinales de Copa, se convirtió en un tormento para los grandes (arrebató cuatro puntos al Madrid en la recién terminada Liga) y dejó el sello de equipo fiero y competitivo. No se recuerdan apenas derrotas hirientes.
Se le tachó en ocasiones de poco ambicioso a la hora de ir a por los partidos, de no haber quemado las naves para ir a Europa. Salvo en el primer tercio de esta temporada no se coqueteó con el descenso. Entre medias, la apuesta de la propiedad por la persona y el trabajo de Gracia mientras pulía a Casado y Husillos, con los que la relación del futuro técnico del Rubin se fue enfriando hasta ser complicada. Ahora los rublos irrechazables separan el camino que en marzo se unió ficticiamente hasta 2019. Lo que en junio de 2014 se vio como una apuesta arriesgadísima dos años después se resume como un notable. El fútbol no para y Gracia ya es historia en Málaga.