Darío se emociona en La Rosaleda y pide perdón por irse al Sevilla

Genio y figura. Darío Silva pasa unos días por Málaga después de varios años sin venir por la Costa del Sol, donde fue ídolo en el comienzo de siglo. Después de una vida intensa y con tribulaciones, Darío parece centrado y alegre. Trabaja con René Ramos, hermano de Sergio, en una agencia de representación, ojea jugadores en Uruguay y se le ve activo y animado.

 
En un paseo organizado por el Málaga por el estadio que le aclamó, el charrúa, de 43 años, se emociona, rememora su pasado en blaquiazul, habla de los uruguayos del Málaga, y pide perdón por haberse marchado al Sevilla. "Estoy conmovido, porque no me esperaba ver todo esto con gente amiga y con grandes amigos que tengo aquí gracias al fútbol. Contento y muy emocionado", decía Darío, que se abrazaba con Francisco Martín Aguilar y Ben Barek: "Vivimos momentos increíbles, éramos un grupo muy grande sobre todo fuera del campo de juego. Esa amistad llevó a que hiciéramos cosas importantes. La gente de Málaga te reconoce y todavía continúa sacándose fotos. Eso es muy grato para mí porque creo que he dejado una huella muy importante, sobre todo como ser humano".  Darío opina sobre sus mejores momentos en Málaga. En la mente, aquel partido ante el Valladolid y el tanto exprés. "El gol de los 7 segundos me parece el mejor, porque todavía sigo en el libro Guinness de los records. Eusebio y mucha gente de Valladolid se acordarán, sacaron ellos y tuvimos que robar el balón para convertir el gol. Contento porque el míster decía que era un partido muy difícil y había que hacer un gol rápido, pero no sabía que iba a ser tan rápido", bromeaba con su habitual gracejo Darío, que dice está encantado del cambio que ha experimentado la ciudad: "Málaga es Málaga. Hoy si vengo creo que me pierdo, ha cambiado mucho para bien. Ha cambiado el estadio, las carreteras, lugares que uno conocía y es lindo ver que cada vez va evolucionando mucho más. Es un lugar muy acogedor, sobre todo para gente turista".  El ex delantero de Treinta y tres rememora buenos tiempos con sus compañeros. "Con el grupo que teníamos fuera del campo seguimos teniendo la misma amistad. Lo bueno de esto es que recordamos viejas costumbres y es un momento de risas y alegría cuando alguno se acuerda de alguna anécdota. La tecnología es maravillosa", dice, al tiempo que relata a lo que se dedica ahora: "Uno sigue trabajando, ahora con una empresa de llevar jugadores con René Ramos, una empresa importante volcándonos en la parte de Europa y Sudamérica con jugadores jóvenes, que son la base de la fortuna de los clubes".  Sobre el nexo charrúa y el Málaga, Darío preciso que "Gonzalo -De los Santos- y toda esta gente gracias a mí están donde estuvieron, porque sé que lo van a ver y se van a acordar de mí, porque yo les voy a dar, porque es así mi vida… Gracias a mí ellos llegaron a ser lo que son (risas). Sí, han dejado mucha huella, inculcaron unión a un grupo para sacar las cosas adelante. ¿Chory y Ricca? Muy buenos jugadores. Con Chory creo que compartí algunas preselecciones con él y muy bien; y Ricca es un lateral muy bueno, joven y le queda mucho por andar”.  Por último, Darío mandó un mensaje con mucha miga. "Que disculpen por haberme ido al otro equipo (evidente referencia al Sevilla). Que igual yo los sigo queriendo, el fútbol es así lamentablemente, uno tiene las puertas abiertas por todos lados y les tengo que agradecer a todos por los años que estuve o estuvimos aquí, no sólo yo sino el grupo en sí que estuvo acá. Hay que seguir viniendo porque el fútbol a veces da revanchas y capaz de que con la venida mía les traiga suerte y se pelean cosas importantes. Un abrazo grande, los quiero mucho", cerraba uno de los jugadores más carismáticos de la historia moderna del Málaga.