Kameni desvela su peor experiencia en un campo de fútbol

Carlos Kameni siempre ha sido uno de los abanderados en la lucha contra el racismo dentro del fútbol español. El portero del Málaga ha vivido episodios muy desagradables en este sentido a lo largo de su carrera como futbolista. Y este martes, con motivo del día internacional de la eliminación de la discriminación racial, volvió a pedir que se ponga fin de manera definitiva a este tipo de conductas dentro del deporte.

Lo hizo en El Larguero de la Cadena SER: "Es una barbaridad que en 2017 sigamos hablando de este tema. Y pasarán los años y los niños seguirán hablando de esto. Hay que cortarlo ya. No entiendo cómo los directivos permiten que estas personas entren en los campos. Que lo hagan en su casa o en la calle si se atreven".
Kameni relató cuál ha sido el momento más duro que ha protagonizado en un campo de fútbol: "Mi peor momento lo viví en el campo del Zaragoza en mi primer año con el Espanyol. Íbamos ganando 0-1 y me dijeron de todo, hasta el punto de que el árbitro me preguntó si quería que parase el partido, pero me veía con fuerzas para seguir. Me dijeron de todo y no sabía ni dónde estaba, pero tuve fuerzas para seguir jugando hasta el final. Dos semanas después de mi episodio volvió a ocurrir con Etoo, con el baile del mono. Me sentí muy mal".
También vivió capítulo muy duro en un partido frente al Atlético de Madrid: "En el Calderón una vez me tiraron plátanos y luego en la zona mixta dije que si volvía a suceder, me comería el plátano porque hay muchos niños que mueren de hambre en el mundo. Con la comida no se juega".
Aun así, el cancerbero blanquiazul considera que este problema lo provoca "una minoría de gente. No podemos decir que España es un país racista. Hay todo tipo de personas, pero esa minoría de gente ensucia la identidad española por sus actos y su forma de actuar. Hasta que dejamos de vivir en este mundo tenemos que seguir luchando a muerte contra esto. Mis hijos son españoles y cameruneses y sentirse tratados de forma diferente no es nada agradable".
Kameni tiene muy claro que "esa gente no representa a ninguna afición. Son personas que se aburren en casa, no van al partido para disfrutar del fútbol ni de su equipo, sino para desahogarse y buscan así unos culpables. Es una imagen muy mala para España y para los niños, que son el futuro de la sociedad".