Escardó mete al Málaga en la final (3-2)
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La Academia no puede gozar de mejor salud. Si ya era un logro acudir por cuarta temporada consecutiva a la Copa de Campeones, donde se citan los ocho mejores equipos juveniles de España, aún lo es más poder defender el título logrado el año pasado en Vera por una gran generación de futbolistas que está encontrando en Galicia una sucesión más que digna. El Málaga se planta en la final tras vencer al Celta en un partido muy emocionante y trabajado en el que tuvo que sufrir muchísimo, como ante el Barça. Un doblete de Escardó y un tanto de Alberto, ambos salidos desde el banquillo, brindaron el triunfo ante el bravo equipo gallego, que acabó con nueve y que vendió muy cara su piel.
Y eso que el Málaga no estuvo bien en la primera mitad. Concedió poco al Celta, sí, pero se dejó dominar y apenas mostró lucidez en campo ajeno. La posesión y el control del juego fue casi en exclusiva para el presionante equipo celeste, que aprovechó una de las dos ocasiones claras que tuvo para marcharse con ventaja mínima al descanso. Kellyan, que estuvo soberbio en la primera acción y que siempre transmite seguridad, no pudo hacer nada en la segunda. El rematador fue el mismo, Alberto Solís, que batió al cancerbero malaguista tras recibir un buen pase entre líneas de Álex Rey y después de un derechazo imparable. Era el minuto 27.
Dely hacía aspavientos desde el banquillo. No estaba contento con lo que veía. Su equipo estaba anulado en ataque, sin apenas construcción de juego y sin presencia en zona de peligro más que en tibios centros sin consecuencias. De hecho, el único disparo entre los tres palos en la primera mitad fue en el minuto 44, obra de Hicham con la zurda. Pero para entonces el Málaga había dado mejores síntomas. El equipo blanquiazul iba poco a poco a más, y al menos metió algo de miedo a la zaga celeste en los últimos minutos de la primera mitad. Había pulso y tiempo para la reanimación. Y vaya si la hubo.
La segunda parte no pudo empezar mejor. Cuando sólo habían pasado tres minutos, el colegiado pitaba penalti en una acción de Joel en el área. El lance acarreaba la expulsión por doble amarilla de Pedro Delgado. El Málaga iba a jugar 42 minutos con uno más, aunque no pudo equilibrar el marcador, ya que Galnares le detuvo a Jony la pena máxima. El empate llegaría algo después tras otro ¡uy! de Jony de falta y algunas ocasiones de Escardó y Alberto, a posteriori los héroes del partido. Fue el segundo, Alberto, quien pudo batir al portero rival tras una primorosa jugada colectiva iniciada por Hicham, continuada por Joel y culminada por el propio Alberto. Era el 1-1.
Faltaban 17 minutos y todavía quedaba mucha tela que cortar. El Celta, que se defendía como un jabato con uno menos, no le perdía la cara al partido. Aunque quien marcó fue de nuevo el Málaga. De falta. Un golazo, otro, de Escardó. La final parecía en el bolsillo, pero Gabri, que dio mucho quehacer con su entrada, y Ton Ripoll fabricaron el empate en un plisplás. Y, cuando todo parecía abocado a los penaltis, llegó la última acción del partido, una falta lateral que provocó la expulsión de Riki y que mandó la zurda de Escardó al fondo de las mallas para meter de nuevo al Málaga en la final de la Copa de Campeones. Una proeza increíble y nada, absolutamente nada, sencilla.
Ficha técnica:
Málaga CF: Kellyan, Álex Robles, Juande, Yousef, Cedenilla, Maty, Iván (Antoñin, min70), Hugo (Escardó, min.56), Hicham (Eppy, min.87), Jony (Alberto, min.64) y Joel.
Celta: Galnares, Riki, Salgueiro, Juanma, Pampin, Álex Rey (Guille Nieto, min.55), Sobrido (Gabri, min.66), Alberto Solís (Ton, min.77), Aarón, Carlos y Pedro Delgado.
Goles: 0-1, Alberto Solís (min.27), 1-1, Alberto (min.73); 2-1, Escardó (min.85); 2-2, Ton (min.88); 3-2, Escardó (min.93).
Árbitro: Fernández Rodríguez, José Antonio (Colegio Gallego). Expulsó por doble amarilla a los jugadores del Celta Pedro Delgado (min.47) y Riki (min.91). Y amonestó al celtiña Solís y al malaguista Maty.
Incidencias: Primer partido de semifinales de la XXIII Copa de Campeones disputado en el Municipal de O Couto (Ourense) ante unos 1.000 espectadores.