La señora confianza

El Málaga está tocado por un arma más poderosa que cualquier otra: la confianza. Y ante eso hay poco que hacer. Mientras le dure este estado de felicidad, dará gusto ver al conjunto blanquiazul. Aunque ésta haya llegado como consecuencia de los resultados, una vez que toma posesión del corazón del equipo, su efecto no depende de los resultados. Independientemente del marcador, los de Míchel lucen radiantes, todo se hace con sentido. Nada hiere.
Ya saben lo que habría ocurrido con circunstancias como las de este domingo en Anoeta hace semanas. Difícilmente se habría levantado el equipo de un penalti inexistente o de un 1-0 con un rival que se jugaba más que tú. Una lástima que se termine la temporada, porque al Málaga de Míchel da gusto verlo jugar al fútbol.
En un partido sin más reto que ser uno mismo, el Málaga comenzó bien. Con las ideas claras y sabiendo dónde sufría más la Real Sociedad. Pero la mera inercia de la necesidad fue haciendo que los locales impusieran su ley en Anoeta. Sin ser una cosa del otro mundo, los de Eusebio acumularon un buen puñado de ocasiones, con Vela, Juanmi y Willian José muy activos. Recio tuvo que sacar bajo los palos un gol cantado.
Pero el marcador se movió por una acción que jamás debió ser señalada. Keko perdió un balón ante Illarra cerca del área. Al tratar de recuperarlo, el pivote realista fue al suelo y el colegiado señaló penalti. Por una acción similar minutos antes sobre Sandro miró hacia otro lado... Xabi Prieto lo ejecutó y puso al Málaga por detrás en el marcador, algo que hacía tiempo que no ocurría.
El equipo blanquiazul siguió a lo suyo, aunque con menos energía que al principio del choque. Y sin embargo llegó el empate. Además, demostrando que hay pizarra. Un córner buscado para que el balón llegase manso a la frontal del área, donde Juankar sacó un misil que se estrelló en el larguero de la meta realista. El esférico tocó en la espalda de Rulli y en el rechace Luis Hernández terminó la obra. Zarpazo y descanso.
En la segunda mitad la Real dio un paso al frente. Llegó con claridad y con cantidad. Odriozola, Willian José, Vela, Xabi Prieto, Oyarzabal... Ponía y exponía más que el Málaga. Y de nuevo apareció la señora confianza. Recio apareció por la frontal del área y vio que la zaga de la Real le concedía el disparo. El malagueño, en un estado de forma espectacular, sacó un latigazo que entró por toda la escuadra.
El balón definitivo lo tuvo Juankar, de los mejores del Málaga en todo el partido. Pero el extremo no supo definir en una contra en la que se plantó delante de Rulli. De perdonar, a ser castigado. Bautista aprovechó un centro de Íñigo Martínez para poner el 2-2. Aunque pudo llegar el 2-3 en otro contragolpe que Sandro intentó convertir en una maravilla de vaselina pero que Rulli le supo leer.
Ahora, todo dispuesto para la última jornada, en la que el Málaga se ve metido de lleno en la disputa del título. Pero sólo será juez de su propia honestidad. Los demás que hagan sus propios deberes, que ya ha tenido bastante el equipo de Míchel con no dejarse ninguna para septiembre.