Míchel mantiene a todos en el redil

Míchel trata de unir todos los vínculos posibles dentro de su vestuario. El técnico del Málaga no quiere fisuras en la caseta e instauró este verano una costumbre muy típica en campeonatos como el inglés y el italiano, pero no tanto en España. Y es que el Málaga, desde esta pretemporada, almuerza cada día al completo en las instalaciones en las que se entrena.

Por orden de Míchel, lo futbolistas conviven desde el desayuno hasta el almuerzo. Para ello, el club ha remozado las instalaciones del Ciudad de Málaga y también de La Rosaleda, en las que ha preparado un comedor para que los futbolistas recuperen energías con una dieta idónea después del desgaste que supone cada sesión de trabajo.
"Un deportista de élite hace una actividad física intensa y lo más importante es recuperar los depósitos de glucógeno muscular y proteico en la primera hora después del entrenamiento. El jugador profesional no es como el de hace 20 o 30 años. Ahora son más conscientes de la importancia de la alimentación", explicó el nutricionista del club, Paco Jaime, en los medios oficiales de la entidad.
"Los futbolistas también valoran los puntos positivos de esta medida implantada por Míchel. "Terminamos de entrenar y nos viene bien recuperar rápido. Estar juntos nos hace crear vínculos y eso también es positivo. En Inglaterra comer juntos después de entrenar es una costumbre y aquí creo que puede ser también muy positivo para todos", reconoce Borja Bastón.
"Hay un horario fijo y todos los jugadores estamos aquí más tiempo y tener una rutina más profesional. Compartimos hábitos, costumbres, hacemos piña y recuperamos el desgaste nada más acabar el entreamiento", reconoce Keko. El Málaga trata de sumar tanto sobre el césped como fuera del terreno de juego.