Los desplazados acabaron orgullosos de su equipo
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Alrededor de un millar de malaguistas vivieron juntos el partido desde el tercer anfiteatro del Santiago Bernabéu. Fue un encuentro de altibajos emocionales que terminó con final infeliz, pero con satisfacción generalizada de los desplazados a la capital de España. Se vuelven para Málaga orgullosos de su equipo y confiados en que, jugando así y con un pellizco de suerte, el equipo blanquiazul podrá salvar la categoría.
El colorido blanquiazul impregnó desde muy pronto los aledaños del estadio del Madrid (vídeo superior). Porque no sólo fueron los mil agrupados los malaguistas presentes, sino que además hubo mucho aficionado blanquiazul desperdigado por el estadio. Pero el ruido se armó desde la esquinita superior. Desde el gallinero. Por momentos, los gritos visitantes se impusieron a los locales, muy ofuscados con la RFEF y los arbitrajes. “Corrupción, en la Federación”, cacareaban sin cesar. Paradojas de la vida, ¿verdad?
Fueron tras los goles visitantes cuando los gritos malaguistas se hicieron escuchar con más brío en el Bernabéu: “¡Sí, se puede!, ¡Málaga, Málaga!, ¡Forza Málaga, oe!, ¡Málaga y nada más, eo!”. También sobresalieron los de enfado con el gol anulado a Baysse al final de la primera parte: “Así, así, así gana el Madrid”, y con otras acciones controvertidas de Gil Manzano, aunque al final prevaleció el orgullo sobre el enfado. El viernes será el turno del equipo para corroborarlo ante el Levante.