El hijo pródigo volvió a su jardín

Samu volvió a su jardín. Al malagueño sólo le bastaron un entrenamiento y la sesión de estrategia del día del partido para entrar en la lista y para jugar sus primeros minutos oficiales en su segunda etapa en el Málaga. Cuando las ideas se nublaron y las piernas se doblaron, José apeló al sentimiento, miró a la banda y avisó a Samu. La Rosaleda se caía. Su hijo pródigo volvía a casa con el traje que mejor le queda.

“Samu, Samu”, gritó la afición en varias oleadas. El de La Luz entró por Keko en el minuto 73 y Martiricos creyó en el milagro. Samu, con el ‘21’ a la espalda y que ha llegado dos kilos más fino que su última vez demostró estar en forma. Se ofreció continuamente arriba, se fajó en las ayudas atrás y dejó alguna pincelada de su calidad innegable.
Pero al Málaga no le sirvió. Bastante tuvo con aguantar el 0-0 tras la inexplicable expulsión del Chory, que vendió a su equipo a doce minutos para el final del partido, justo al poco de entrar Samu. Pero al menos el Málaga ya tiene en casa a otro de los suyos que, otra cosa no, pero calidad y sentimiento tiene. Y de eso no sobra en esta plantilla, por desgracia.