Risas y mil anécdotas para un ascenso que cumple 25 años
Fue una tarde de abrazos, risas, recuerdos y muchas anécdotas, más de la que caben en La Rosaleda. Una jornada emotiva en la que el ascenso del Atlético Malagueño a Segunda B y, sobre todo sus protagonistas, fueron reconocidos en la celebración de los 25 años de aquella efeméride. Un 27 de junio de 1993.
El acto transcurrió en La Rosaleda promovido por la Fundación del club y reunió a casi la totalidad de los protagonistas de aquella campaña histórica. Tras la foto oficial que se hizo en el estadio La Rosaleda y la visita obligada al museo (donde este equipo tiene su rinconcito), el momento más entrañable y emotivo llegó con un video preparado por el club y que recordaba la hazaña de un equipo con muchas dificultades y que volvió a reenganchar a una afición muy tocada por la desaparición del club deportivo Málaga.
"Hacían falta muchas cosas para lograr el ascenso y este equipo lo tenía todo. Se hizo un trabajo encomiable. Había calidad, pero también mucho trabajo y mucha profesionalidad aun siendo muy jóvenes”, explicó Fernando Rosas sobre aquel equipo.
Del partido en sí, que supuso el ascenso, se recordó sobre todo el ambiente hostil que recibieron en Jerez de los Caballeros. Pedradas, miles de aficionados en contra, policías antidisturbios y una enorme presión. "Yo intenté darme la vuelta cuando íbamos de camino al autobús, pero uno de los policías no me dejó. el ambiente era brutal", explicó Rafa, uno de los jugadores de aquel equipo.
Para terminar, y antes de un ágape de despedida, la sala de prensa fue escenario de una charla coloquio en la que participaron todos de una forma u otra. Aunque en la mesa estaban Fernando Rosas, entrenador, así como a Ortíz y Paco Pérez, como capitanes, junto a Almagro, Jaime y Bravo, participaron muchos de los jugadores y directivos que estaba en la sala recordando anécdotas.
Explicó Antonio Domínguez, presidente del club en aquel año, una de las más sonadas de aquella época, la que tenía como protagonistas a los jugadores del rival de aquella tarde de junio de 1993. "Al final del partido de ida hubo unos incidentes y me di cuenta de que aquellos jugadores del Cristian Lay estaban dopados. Se hizo público, se pidió a la Federación que hicieran muestras de orina, pero nada. Hubo mucho revuelo y quizás, por ello, en el partido de vuelta tuvieron ese bajón".
El periodista malagueño Jorge Ramos fue el encargado de conducir un momento ameno y divertido en el que Basti, miembro de la Fundación sacó las risas a los presentes.
Francis Bravo, junto a Basti, fueron dos malagueños que jugaron en el Málaga desde Tercera a Primera División. El central se mostró visiblemente emocionado al recordar a sus compañeros. “Estoy orgulloso y feliz de poder reencontrarme. Estoy feliz y emocionado porque había compañeros que no os veía desde hace años. Fue una época especial que nos marcó a todos y que nos sigue marcando. La calidad humana fue clave del éxito”, explicó.
Entre emocionantes recuerdos y un sin fin de anécdotas fue transcurriendo una tarde inolvidable para todos los presentes en la que también se le ofreció un merecido homenaje a los que ya no están.