Paulo Jorge: “Este puede ser otro año de oro”

El sábado visita La Rosaleda el Tenerife, un rival que quedará marcado para siempre como el último equipo al que se enfrentó el Málaga en el ascenso a Primera de 2008. Fue aquel el último encuentro que vivió en directo en La Rosaleda Paulo Jorge (Oporto, Portugal, 05/05/1981), portugués que vistió la blanquiazul aquella temporada mágica en calidad de cedido por el Benfica. Paulo Jorge ha vuelto a Málaga diez años después y regresará a Martiricos para reencontrarse con una afición a la que adora y con otros protagonistas de la gesta, como el propio Muñiz. ElDesmarque ha compartido con el luso sus primeras horas en el paraíso de la Costa del Sol y ha comprobado una vez más, cómo Málaga y el malaguismo calan de por vida en quien los conoce y los disfruta.

- ¿Qué le trae por Málaga?

Estoy de vacaciones con tres amigos míos que han venido a entrenar y los acompaño. He venido con ellos. Me encanta venir a Málaga.

- ¿Qué recuerdos le vienen?

Los amigos que he hecho en este tiempo y la gente de Málaga. Llegué al aeropuerto el martes a las 2 de la mañana y una persona me reconoció.  Eso para mí es muy bonito. Ha pasado ya mucho tiempo y la verdad es que he jugado al fútbol durante 17 años, pero el que más feliz he sido fue el de Málaga. La gente de aquí me ha dado muchas cosas.

"Ha pasado ya mucho tiempo y la verdad es que he jugado al fútbol durante 17 años, pero el que más feliz he sido fue el de Málaga".

- Fue especial, lograron un ascenso y formaron una familia.

El año del ascenso, para mí, tuvo tres cosas muy importantes en el fútbol. Trabajamos por un objetivo; la relación fue increíble entre todos los jugadores, éramos amigos dentro y fuera del vestuario; y después el final, que ascendimos. Eso fue lo más importante.

- ¿Qué recuerdo destacaría?

Cuando dije a los periodistas en el peor momento de la temporada que íbamos a ascender. Fue después de un partido que perdimos 1-0 o 2-0 en casa y dije a los periodistas que íbamos a ascender. No lo hice por quedar bien, sino porque así lo sentía.

- Va a ir al partido de este sábado contra el Tenerife. Es la primera vez que vuelve y será ante el mismo rival que el último…

Sí, fue el partido que ascendimos, el último en La Rosaleda. Yo no pude jugar, estaba lesionado. Estuve en la grada y no lo disfruté desde el campo, pero me quedé muy contento. 

- ¿Tiene ganas de volver al estadio?

Es un sentimiento. La gente de Málaga, los aficionados, son muy diferentes de otros. Si la gente quiere que el Málaga ascienda, puedes buscar los mejores jugadores, pero el año que estuve aquí lo más importante fueron los aficionados. Nosotros jugábamos y sentíamos esa energía positiva. La gente lo sentía mucho.

- Su única hija fue concebida en Málaga…

Y podía haber nacido aquí, pero tenía contrato con el Benfica y tuve que volver. Tampoco sé si querían que me quedase, pero yo quería ,aunque tenía contrato con el Benfica. 

- ¿Qué supuso para usted ese año, qué lección aprendió?

Venía de un equipo de Champions League, con jugadores de Champions. Jugué 20 partidos y me lesioné, después fue complicado. Luego vine a Málaga como el ‘crack’, así lo dijeron, pero lo pasé mal porque el fútbol de Segunda era muy diferente a Primera. Me integré a los nuevos métodos e hice lo que se me pidió, pero la llave del ascenso fueron dos, los aficionados y Muñiz. Es que Muñiz hizo un trabajo muy grande porque fue a buscar 15 jugadores nuevos, y ascender no fue un milagro pero casi. Creo que con Muñiz el Málaga puede ascender.

“Las llaves del último ascenso fueron los aficionados y Muñiz”

- Que Muñiz sea de de nuevo el entrenador invita a soñar.

Es que en la vida las cosas pasan por algo. Yo creo mucho en el destino. Como también cuando Muñiz ascendió y se fue, y merecía quedarse más tiempo aquí. Ahora tiene un año que puede trabajar con la gente de Málaga y ojalá ascienda porque se lo merecen.

- Aquel año sumaron siete triunfos de siete al principio. Este, por lo pronto, ya suman tres de tres…

Son años diferentes, gente diferente, pero el entrenador es el mismo y los aficionados son los mismos. Lo importante para ascender es que tenemos una secuencia grande de partidos a ganar. Si no puedes ganar, es importante no perder. El Málaga ha empezado bien y lo más importante para ascender es que La Rosaleda sea la casa para ganar puntos. Si ganas todos los partidos en casa, asciendes seguro. Y si sacas puntos fuera, está más claro aún. Ahora puede hacer 15 puntos con los partidos en casa. 

"Lo más importante para ascender es que La Rosaleda sea la casa para ganar los puntos"

- Parece fácil…

Este puede ser otro año de oro, pero tienen que ganar en casa. Yo no hablo para quedar bien, si la gente quiere que el Málaga ascienda tiene que ir al estadio, y cuando las cosas no vayan bien no tienen que pitar, tienen que animar a los jugadores porque así será más fácil. El fútbol es como la vida, tienes buenos y malos días, porque la gente piensa que los jugadores somos máquinas. Y no.

- ¿Qué nos puede decir de Renato Santos?

En Boavista empezó muy bien, después tuvo una lesión. En Málaga puede aportar cosas buenas, pero no sé qué querrá Muñiz de él.

- Uno de sus mejores amigos aquel año fue Calleja, ahora entrenador del Villarreal.

Calleja como amigo es lo mejor que tuve aquí y todavía tengo contacto con él. Me encantaría verlo un día entrenando al Málaga, porque tenía el mismo sentimiento que yo. Cuando estuvo aquí le gustaba mucho la gente de Málaga. Ahora está en el Villarreal y ojalá siga allí, pero me encantaría que viniese al Málaga.

"Me encantaría ver a Calleja un día entrenando al Málaga porque tenía el mismo sentimiento que yo"

- Cuéntenos qué es de su vida.

Mi vida es una vida para no quedarme en casa sin hacer nada. Tengo dos empresas, una de eventos deportivos, y todo va bien. Lo que más preocupa a los jugadores es qué van a hacer después. Tienes que anticiparte, pensar que el fútbol no es para toda la vida. Yo tuve una lesión muy grande y acabé a los 32 años. Quería seguir, pero el cuerpo no contestaba, así que invertí en negocios y gracias a Dios estoy muy bien.