El derbi de Basti
Paleño de cuna, malaguista desde que cogió una pelota, en el corazón de Sebastián Fernández ‘Basti’ hay un hueco para el Albacete, club al que se marchó al dejar el Málaga y donde dejó muchos y muy buenos recuerdos, ganándose a una afición y a una ciudad que aprovechó hace unos años la oportunidad para homenajearle. Este viernes, Málaga y Albacete se ven las caras (16:00 horas), un partido muy especial para Basti, un derbi para él.
Basti atiende a ElDesmarque Málaga y explica el cariño que guarda a las vivencias que ha tenido en ambos equipos: “Es un partido muy bonito. Me tocó jugarlo como jugador, la única vez que jugué en contra del Málaga, fue en Primera y empatamos 1-1, estaba lloviendo y ese partido fue muy especial. Y ahora lo vivo desde otro ámbito, desde que trabajo en la Fundación, como malaguista y aficionado al Málaga. Pero son dos grandes clubes donde tuve la suerte de estar. En el Málaga desde pequeño hasta el primer equipo, y con el Albacete también, me acogieron muy bien, tuve la suerte de ascender con ellos a Primera y lograr una permanencia al año siguiente, algo a lo que le dieron mucho valor allí”.
“Le tengo que agradecer al Albacete que me llamase cuando coincidieron en Segunda B con El Palo para que hiciese el saque de honor en el partido en el Carlos Belmonte"
Es lógico que Basti sea muy querido en Málaga, pues desde crío se forjó en la cantera malaguista. Pero también fue capaz de ganarse el cariño de la afición manchega. “Hay dos recetas, una la futbolística. Yo no era nada del otro mundo, pero aquella afición, como la malagueña, valora cuando uno trabaja, lucha, no da un balón por perdido, también metía algunos goles, pero sobre todo si dejabas todo en el campo, ellos te lo agradecían. La segunda, el día a día, Albacete es una ciudad pequeñita, y te encuentras al presidente o a tus compañeros comprando el pan por ejemplo. Es muy familiar, nos encontrábamos las familias en el parque, con la gente, en aquella época éramos más abiertos los jugadores en pararnos con los aficionados, ahora parece que están más en una burbuja, pero eso tenía que ver bastante en crear esa relación de la gente con los jugadores”, apunta el paleño.
Tanto caló el carácter de Basti en Albacete que, en un Albacete-El Palo en marzo de 2014, el delantero malagueño fue invitado y recibió un homenaje: “Le tengo que agradecer al Albacete que me llamase cuando coincidieron en Segunda B con El Palo, para que hiciese el saque de honor en el partido en el Carlos Belmonte. Me gustó mucho pisar otra vez el estadio y ese día lo voy a recordar siempre porque fue muy especial”.
Basti tuvo que tomar la decisión de abandonar el Málaga en el mercado de invierno justo cuando había logrado devolver al equipo de su ciudad a la élite. “Peiró confiaba en mí, pero también tenía yo dos buenos delanteros delante y era difícil jugar, y entonces me llamó Julián Rubio, que lo conocía de cuando el Málaga estaba en Segunda B y él entrenaba al Sevilla Atlético, y a los pocos años me llamó para que me fuese al Albacete. Me dijo que tendría minutos. Yo quería salir, era joven con ganas de jugar, y acepté la llamada de Julián para irme para allá”, cuenta Basti.
El choque fue drástico, sobre todo en lo climatológico. “El primer entrenamiento salí yo muy flamenquito, con mi camiseta corta y pantalón corto, y duré dos minutos en el campo, corriendo a vestuarios me volví a poner un chubasquero, un gorro, una sudadera, hacía mucho frío. Porque en Albacete hay dos climas, mucho calor en verano y en invierno mucho frío, que incluso nevaba y fue allí la primera vez que jugué con un balón naranja. Fue un cambio, algo raro para mí, pero poco a poco me fui aclimatando al frío”, señala con una sonrisa el paleño.
Vivió el duelo desde ambos bandos
En esa época como jugador del Albacete, le tocó enfrentarse en una temporada al Málaga y acudir como visitante a La Rosaleda: “Fue extraño, llovía mucho y el míster espero mucho para dar la alineación porque estaba hasta en peligro que se pudiese jugar el partido, el Guadalmedina iba a tope, ese día la grada de Preferencia aún no estaba construida, había habido inundaciones en Málaga, y como digo no se sabía si se jugaría. Faltando poco ya dijo que yo jugaba, y me entraron nervios, miedo, era la primera vez en mi vida que jugaba contra el Málaga. Pero el recibimiento fue increíble, la Federación de Peñas me entregó una placa, la afición coreó mi nombre, me gustó mucho”.
Una vez el árbitro hizo sonar el silbato y arrancó el partido, el delantero demostró su profesionalidad, volviendo a dar lo mejor de sí en el césped. “En el equipo había muchos que habían estado conmigo en la etapa anterior. Duda, Valcarce, gente del cuerpo técnico como Juan Carlos Pérez Frías... Y ese partido acabó con 1-1. Logré marcar un gol, aunque al final no fue válido porque lo metí en un rechace intentando salvar Arnau un córner pero el árbitro dijo que al final había salido, por lo que anuló el gol. Yo me había quedado parado sin celebrarlo, fueron sensaciones raras, pero el Albacete era mi equipo y yo tenía que darlo todo por ellos en ese partido”, afirma Basti.
“Yo lo daría todo porque se diese este partido en Primera, son mis dos equipos"
También estuvo presente en la última victoria como local del Málaga contra el Albacete hasta la fecha, el triunfo que permitió al Málaga de Peiró ascender a Primera División, un sueño hecho realidad para él: “Fue maravilloso, yo era un chavalillo al que se le hace el sueño realidad, que había debutado con el CD Málaga, al que el Míster Ben Barek le da la oportunidad, y al año siguiente desaparece el equipo. Me llevé un chasco por lo fugaz, pero empezar en Tercera y ver el crecimiento del equipo, que en cinco años subimos a Segunda B, a Segunda, y tener ese partido ante el Albacete sabiendo que, si ganábamos, estábamos en Primera, pues para mí fue muy especial. El campo estaba lleno, por entonces Fondo y Gol era de pie, que en lugar de 30.000 personas como entran hoy, habría ese día 40.000, y aunque empezamos perdiendo, al final remontamos y fue muy bonito”.
Ya en la actualidad, Basti es muy feliz viendo el buen nivel que hasta el momento están dando tanto el Málaga como el Albacete en esta temporada en LaLiga 1|2|3 y sueña, por qué no, con que ambos sean capaces de lograr ascender. “Yo lo daría todo porque se diese este partido en Primera, son mis dos equipos, tanto en el Málaga como en el Albacete me he sentido muy querido y lo he dado todo por esas dos camisetas. Ojalá se dé el caso de que ambos suban, espero que sí porque los dos han arrancado bastante bien. Espero que se dé un buen espectáculo el viernes y que se repita el partido el año que viene en Primera” remarcaba Basti para concluir.