El tren se escapa

Se estrelló de nuevo el Málaga. Un nuevo desenlace trágico en otro dramático partido de los blanquiazules. El tren del ascenso directo se escapa hasta los seis puntos. Pero el problema de este Málaga no es de números. Es de fútbol. De argumentos. De sensaciones. A este nivel, sólo un milagro puede llevar al equipo de Muñiz a celebrar un ascenso en junio.

Hay muy pocas cosas que echarse a la boca con este Málaga. Sí tiene corazón. Y voluntad. Pero no alma. Es un equipo lastrado en una y otra área. Incapaz  en ataque. Sin el menor atisbo de la solidez de la que hizo gala a principios de temporada. Así, no se engañen, es casi imposible subir a Primera División. Y haciendo un juicio justo, viendo lo que llevan ofreciendo los futbolistas blanquiazules sobre el césped dede hace casi cuatro meses, es un premio ocupar a día de hoy zona de play off.

El partido era casi una final. Y el Málaga entró al partido mal, en la línea que trae desde hace meses. Desnortado con balón y frágil hasta el extremo sin él, regaló medio partido nada más pisar la hierba. Fede Vico se llevó por delante a Iván Rodríguez y Antonio Puertas, con el ‘beneplácito’ de Ricca, puso el 1-0 y dejó al Málaga a los pies de una montaña inabordable.

Es un equipo sin rumbo actualmente este Málaga. La primera parte fue un ejercicio de absoluta impotencia. Un canto a la incapacidad. Un centro peligroso de Iván Alejo que N’Diaye no llegó siquiera a rematar fue lo único que se echaron a la boca los blanquiazules en todo el primer tiempo.

Horribles los laterales y los mediocentros, pasado de revoluciones Iván Alejo, desaparecido Adrián y completamente desasistido Blanco Leschuk. Los dos o tres detalles medianamente dignos que dejó el Málaga en Granada los firmaron el argentino, que no puede estar dando salida al juego de espaldas a la portería rival y en el área para finalizar, y Ontiveros, que combate la falta de acierto con dosis de orgullo y jamás baja los brazos.

Muñiz trató de agitar el árbol en el descanso dando entrada a Mula y Seleznyov y enviando a la ducha a Iván Alejo y Keidi Bare. Pero antes de que el Málaga pudiese reaccionar N’Diaye acabó con sus opciones. El senegalés hizo dos faltas absurdas de forma consecutiva y se ganó la segunda amarilla y condenó al Málaga, que se mantuvo en el partido porque al Granada le faltó ambición para matar el encuentro. Muñiz tiró de Cifu y trató de buscar la reacción dejando una línea de tres atrás (Luis Hernández, Pau Torres y Ricca), pero los blanquiazules sólo generaron algo de inquietud en Rui Silva en un par de centros laterales que Seleznyov y Blanco Leschuk remataron fuera y en un tímido arrebato final.

No dio para más el Málaga, que volvió a caer y a fracasar con estrépito en una cita clave. Y ya van demasiadas. A este nivel, el equipo de Martiricos está condenado a pasar muchos apuros para acabar entre los seis primeros. Si el Cádiz le gana el lunes al Zaragoza, la séptima plaza quedará a un solo punto. El Málaga sigue siendo incapaz de parar esta sangría de juego y de resultados que le está restando opciones de estar la próxima temporada en Primera cada jornada que pasa.