¿Y ahora qué? La situación actual de la plantilla

Sólo unas horas después del frenesí del Málaga-Dépor, de cerrar una noche que será para el recuerdo pese a la derrota, muchos malaguistas se fueron a la cama con una pregunta: ¿Y ahora qué? Es de hecho la cuestión más recurrente entre los seguidores blanquiazules, la de los corrillos de amigos, la de las redes sociales y grupos de Whatsapp, la que marca el vacío entre un proyecto y el siguiente, la que todos se hacen después del bajón. La realidad es que actualmente no existen muchas certezas en el futuro del Málaga, que se jugó el ascenso a una carta a nivel deportivo y económico y que, tras no conseguirlo, deberá reajustarse al máximo. Si complicado fue hacer un equipo competitivo tras el descenso, más lo será el del segundo año consecutivo en el infierno.

No parece que, al menos de momento, la sentencia del juez dándole la razón a BlueBay vaya a afectar al funcionamiento diario de la entidad, o eso es lo que se prevé en las oficinas del club, según las fuentes consultadas. Así, con la familia Al-Thani en principio como propietaria mayoritaria, lo primero será definir, reafirmar o elegir quiénes serán los arquitectos de la plantilla, el director deportivo y el entrenador. A Caminero le quedan dos años de contrato, aunque se desconocen sus intenciones y las del club en este nuevo escenario. Víctor, por su parte, termina su vinculación tras no conseguir el ascenso, aunque dejó abierta la puerta en su despedida. Pide, eso sí, proyecto.

El Málaga parte de antemano con varias desventajas, una de las principales es el tiempo perdido para planificar por el desarrollo de la competición. Será fundamental, una vez que se establezcan las personas que diseñarán la plantilla, que se ejecuten decisiones en consenso con el club. Se deberán conjugar los criterios deportivos de buscar el ascenso al segundo intento y los económicos, con una estructura mantenida de élite y muy pocos ingresos extras previstos tras haber recibido en el primer año toda la ayuda del descenso.

Los jugadores que terminan contrato

La lista de jugadores con contratos en vigor es amplia, puesto que sólo terminan vinculación Harper, que se marcha al Getafe, y Seleznyov, que no renueva al no haber ascenso. Luego están los cedidos que vuelven a destino: Pau Torres, Werner, que ya ha puesto rumbo al Atlético San Luis; Iván Alejo, cuya continuidad estaba supeditada al ascenso, y, en principio Kieszek, aunque el polaco ha quedado liberado del Córdoba. Además, hay estipuladas opciones de compra por Blanco Leschuk, Erik Morán, N’Diaye y Mamadou Koné.

34 jugadores con contrato en vigor

Nada menos que 34 futbolistas, al margen de alguna opción a contemplar con los anteriores, tienen contrato en vigor con el Málaga, computando a filiales que han tenido alguna participación en el primer equipo y a cedidos que regresan. 17 siguen hasta 2020: N'Diaye*, Brezancic, Lacen, Ricca, Ontiveros, Lombán, Miguel Torres, Hicham, Abqar, Hugo, Gönen, Michael Santos, Jony, Rosales, Keko, Mikel Villanueva, Luis Muñoz y Tighadouini. 12 hasta 2021: Diego González, Luis Hernández, Juankar, Adrián, Renato Santos, Munir, Boulahroud, Pacheco, Mula, Keidi, Juanpi y Rolón. Y cuatro hasta 2022: Cifu (recién renovado), Iván Rodríguez, Cecchini e Iván Jaime.

El volumen de futbolistas, filial mediante, es considerable, y habrá que ordenar las prioridades y los objetivos económicos para ver cuántos siguen en el proyecto. Son muchos los escenarios que existen sobre la mesa. Algunos no seguirán en el club, y hay casos como los de Jony o Michael Santos, por los que ya hay movimiento y que podrían volver a abandonar libres el Málaga (ya en su último año) si un equipo de Primera les paga la ficha. Ídem con Ricca, por cierto. Además, el club escuchará ofertas por jugadores y deberá aligerar masa salarial y plantilla antes de plantear las incorporaciones, que deberán serán adaptadas a la nueva y depurada realidad.

Otras decisiones derivadas

Derivadas de las decisiones relativas al primer equipo irán acarreadas otras, concernientes al filial (que sigue sin entrenador), a La Academia, al Femenino y a los diferentes estratos del club. La no consecución del ascenso es un golpe muy duro para la entidad, por lo que habrá que seguir los acontecimientos en cuanto a cómo se reestructura el Málaga a todos sus niveles para poder soportar a nivel económico otro año en Segunda con la reducción ostensible de ingresos que eso conlleva.