Las cinco claves de un Málaga que no arranca
¿Por qué el Málaga CF no despega? ¿Cuáles son los motivos para que el equipo sume sólo siete puntos de 24 posibles? Los fríos números hablan, y lo hacen con crudeza. Sólo el último empate entre Deportivo y Mirandés evitó que el cuadro blanquiazul cayera a puestos de descenso. El equipo deja brotes verdes por el camino, no todo son carencias, pero la victoria conseguida en la primera jornada es la única que sustenta el casillero de un Málaga que, eso sí, es uno de los equipos menos goleados de la categoría. En cinco claves, analizamos el porqué los de Víctor no son capaces de dar un salto de calidad en LaLiga SmartBank.
Alarmante falta de gol
El duelo frente a un rácano Sporting constató el gran debe del Málaga en lo que llevamos de curso: no hay forma de ver puerta. Ni a Víctor ni a nadie se le puede escapar esta preocupante laguna. Sólo cuatro goles, uno de ellos de penalti, en ocho encuentros. Es el peor equipo de la categoría en este apartado. Desde la última diana, obra de Cifu, han pasado ya 263 minutos. Cierto es que ese día, ante el Rayo, se aglutinaron varias buenas ocasiones; pero el peligro en área rival decayó notoriamente en Albacete, donde Tomeu Nadal fue prácticamente un mero espectador. Ante el Sporting, las más claras llegaron en acciones aisladas, como el cabezazo de Adrián al larguero o el fallo con todo a favor de Keidi ya en los últimos minutos.
Mucha posesión, poca profundidad
Únicamente el Rayo Vallecano fue capaz de doblegar al Málaga en el capítulo de la posesión. Algo que es común en los equipos de Paco Jémez, aunque no deja de ser la excepción que confirma la regla. Ante Las Palmas o Mirandés, la tropa blanquiazul terminó con más del 60% de posesión del esférico. El libreto de Víctor está claro, madurar el partido mientras se indaga en los huecos que deja el rival. No obstante, estos datos tienen una vuelta de hoja que no deja tanto lugar al optimismo. Según datos de LaLiga, los dos jugadores que más pases han dado en lo que va de curso son Diego González y Munir. Tercero en este apartado es Keidi, mientras que Luis Hernández ocupa la cuarta posición. Bastante posesión, sí, pero en gran parte de los encuentros en parcelas en las que no se le puede hacer daño al adversario.
En La Rosaleda no se gana
Pese a que la afición no deja de responder, creando buenos ambientes como el último en la matinal del pasado domingo, La Rosaleda aún no ha cerrado un partido con triunfo. No dejan de volar puntos, y eso es un azote que va directo al estado de ánimo de los jugadores. La victoria en casa no llega y al equipo se le nota en ocasiones atenazado, nervioso, cuando el runrún aparece en la grada. De hecho, la tesitura podría ser aún peor si Munir no se disfraza de héroe ante el Sporting o si el Rayo hubiera consumado el evidente dominio al que sometió al Málaga en la segunda mitad. Además, la situación institucional sólo consigue que el público exprese enérgicamente su postura cuando el Málaga juega en casa, partidos que se han convertido en plebiscitos constantes contra Al-Thani o sus hijos.
Mala planificación, constantes cambios en los onces iniciales
A estas alturas huelga decir que la plantilla está gestada después de una planificación cogida con pinzas (Okazaki se fue a última hora, tres jugadores no tienen ficha...). A Víctor le llegaron jugadores sobre la hora, algunos de ellos con una nimia pretemporada en sus piernas. Sólo 17 fichas del primer equipo y mucha juventud es lo que tiene el técnico para llevarse a la boca. Más allá de la base, Víctor no ha encontrado todavía un esquema claro. Ha ido variando entre línea de cuatro atrás, tres centrales y dos carrileros o el claro 4-1-4-1 que propuso ante el Sporting, con Luis Muñoz como ancla por delante de la defensa. José Alberto, técnico sportinguista, dijo antes del choque que el Málaga es un equipo difícil de analizar. Y no le falta razón, pero ello no deja de ser un síntoma claro de que no hay una fórmula firme a la que agarrarse. Octava jornada y las probaturas continúan. Ocho onces diferentes, por cierto.
Jugadores lejos de su mejor nivel
Resulta casi imposible encontrar el buen camino cuando hay futbolistas que no están finos. Nada finos, en algunos casos. Jugadores que están llamados a marcar diferencias, como un Juankar que no es el puñal de antaño o un Dani Pacheco que, antes de lesionarse, apenas mejoró lo mostrado el curso anterior. Aunque sin duda los casos más llamativos son los de Keko y Rolón. De rendir en Primera a no contar ni para las convocatorias. Cuatro partidos seguidos fuera, han sido adelantados claramente por jóvenes como Antoñín o Luis Muñoz, al que ahora Víctor emplea como mediocentro. Renato (sin minutos ante el Sporting) es otro del que se espera mucho, al igual que un Sadiku que trabaja a destajo, pero sólo ha visto puerta en Miranda del Ebro.
