Antoñín, la única luz entre tanta sombra
El Málaga CF sigue sin encontrar el camino de la victoria. Desde la primera jornada no sabe lo que es saborear tres puntos. Este sábado de nuevo sucumbió, esta vez ante un Cádiz que con muy poco se llevó el botín. La escasez de efectivos todavía complicó más la semana y el partido, pero no es menos real que hay muchos futbolistas que no están dando el nivel requerido. Ante el cuadro amarillo, la única luz entre tanta sombra fue Antoñín.
Antonio Cortés Heredia es la chispa de este equipo, la garra, el atrevimiento. Pese a ser de lo poco salvable en El Alcoraz, Víctor Sánchez del Amo decidió dejarlo en el banquillo este sábado. Pero en la segunda parte le llegó su turno al de La Palmilla, que no defraudó. En el minuto 59 saltó al césped el canterano, que desde que pisó el verde demostró estar una marcha por encima del resto.
El atacante de La Academia es pura intensidad, va a la verdad en todos los duelos. Pronto tuvo una muy buena oportunidad a pase de Keko -que ofreció una mejor versión-, pero metió la punta del pie y su remate se marchó demasiado cruzado. Se lamentó muchísimo Antoñín porque sabía que había tenido el empate en sus botas. Pero no desistió, siguió ofreciéndose, tirando desmarques, peleándose con los rivales... Y el premio individual le llegó en el tramo final del partido. Keko colgó un buen centro lateral y el de La Palmilla se colocó bien entre los centrales, conectando un soberbio testarazo ante el que nada pudo hacer Cifuentes. El canterano hizo el 1-2 en el minuto 84 y mantuvo vivo al Málaga hasta el final, pero su tanto a la postre no sirvió a los de Víctor para sumar.
"Me voy con mal sabor de boca"
El joven malagueño compareció en zona mixta tras el encuentro. Se fue feliz por su gol, pero a la vez triste por una nueva derrota: "El gol no ha servido, me voy contento pero con un mal sabor de boca. El partido hemos jugado muy bien, hemos tenido la posesión. El equipo de 10, esto es una mala racha y si seguimos trabajando así las cosas van a cambiar. Hemos tenido varias ocasiones. Intentamos, intentamos pero no llega. Ya llegará".
"¿El gol? Se lo dediqué a mi familia, estaba en una nube en la celebración. El míster desde primera hora me ha demostrado muchísima confianza, cada vez que salto al campo para mí es como un debut. Trato de dar el máximo. Yo puedo jugar en ambas bandas y delantera, donde el míster me ponga", finalizó Antoñín, la luz de este sábado en La Rosaleda.
El mejor de ayer, fue Keko