Óscar Sielva: "Málaga se merece que se solucionen los problemas"

Óscar Sielva Moreno (6 de agosto de 1991, Olot) era la gran promesa del RCD Espanyol hace algo más de una década. Debutó en Primera con 17 años, pero a toro pasado cree que todo le llegó "demasiado pronto". No se consolidó en el primer equipo perico y luego pasó por numerosos clubes hasta asentarse en la Ponferradina, rival del Málaga CF este viernes. Una de esas etapas fue precisamente en La Rosaleda. Sielva, que llegó de la mano de Casanova en 2011, jugó una temporada y media en el Atlético Malagueño, coincidiendo con el mejor momento histórico del primer equipo (clasificación y participación en la Champions). El catalán recuerda con cariño su paso por el Málaga y espera que la entidad solucione pronto sus actuales problemas institucionales.

-¿Qué tal le va? Lo ha jugado todo hasta el momento...

-Estoy muy bien, estoy jugando todo desde que empezó la temporada. Desde el año pasado encontré estabilidad en la Ponferradina, la confianza del míster... Estoy muy contento y muy a gusto.

-¿Se nota mucho el cambio de Segunda B a Segunda?

-Sí, se nota en cuanto a que la gente es más experimentada, los equipos saben a lo que juegan. A veces, la Segunda B es más alocada. Aquí, cualquier error o despiste lo acabas pagando, y eso se nota.

-Rápido de Bouzas, Somozas, Marbella, Olot... No ha sido fácil el camino hasta asentarse en Segunda.

-Como yo digo, había tocado fondo y volver a resarcirse es complicado. Ahora llevo tiempo disfrutando otra vez del fútbol, espero seguir en esta línea. Al principio me llegó todo demasiado pronto para asimilarlo. Ojalá me hubiera llegado ahora, con la experiencia y todo lo vivido. Es complicado, pero de los errores siempre se aprende. Es una cosa que pasó y no hay que darle más vueltas. Ahora tengo que vivir el presente, y estoy disfrutando mucho.

-La Ponferradina está siendo una de las revelaciones de la temporada, ¿cuál es el secreto?

-Ser un equipo. Desde que empezó el año lo hemos sido en los partidos y en los entrenamientos, eso hace que las cosas estén funcionando y que los resultados vayan llegando.

-Y ahora reciben al Málaga en El Toralín. 

-Se afronta con ganas tras sumar los tres puntos en Vallecas, un campo complicado. Intentaremos hacer bueno ese triunfo en casa con nuestra gente.

"Al principio me llegó todo demasiado pronto para asimilarlo. Ojalá me hubiera llegado ahora, con la experiencia y todo lo vivido. Es complicado, pero de los errores siempre se aprende"

-Usted que estuvo en Málaga, ¿cómo ve la difícil situación del club desde fuera?

-La situación es complicada, ahora llevan una racha buena de partidos ganando. Desde la distancia siempre le deseo lo mejor, estuve muy a gusto allí en Málaga. Que se solucionen los problemas porque tanto la ciudad como el club merecen lo mejor. Casanova fue quién me firmó para el Malagueño, fue una etapa muy bonita, por eso digo que a ver si se solucionan los problemas cuanto antes, lo merecen.

-Debió ser importante en su carrera la figura de Casanova. 

-Fue mi mayor valedor, fue el que me firmó de mi pueblo para el Espanyol. Me marcó en el mundo del fútbol, me dio la oportunidad de irme de casa y siempre me echó una mano en todo.

-Estuvo un año y medio en el filial, pero no llegó a debutar con el primer equipo.

-No era fácil, era el mejor momento del Málaga, entrenado por Pellegrini. Me queda la espinita de no haber tenido ningún minuto pese a que entrenaba con ellos. No tuve la oportunidad de jugar con el primer equipo.

"Desde la distancia siempre le deseo lo mejor al Málaga, estuve muy a gusto allí. Que se solucionen los problemas porque tanto la ciudad como el club merecen lo mejor"

-¿Mantiene el contacto con algún compañero?

-Sí, con Ignacio Camacho, desde siempre, desde que coincidimos en la selección española. Ahí se forjó la amistad y seguimos manteniendo el contacto. A ver si pronto puede volver a disfrutar de lo que más le gusta, el fútbol.

-Con Juanpi coincidió en el filial y este viernes se enfrentarán en El Toralín.

-Sí, es curioso y bonito poder volver a enfrentarnos dentro de un campo aunque sea de rival. Creo que es el único.