Pellicer, Luis Muñoz y un título en común
Si por algo se caracteriza Sergio Pellicer es por su pasión por el fútbol formativo y la cantera. Manel Casanova lo reclutó en 2014 para La Academia tras formarse como técnico en tierras valencianas, y una vez llegó fue subiendo peldaños en los escalafones inferiores. Su mejor obra en los banquillos blanquiazules data de 2016, cuando su Juvenil A salió campeón de la Copa de Campeones tras haber quedado primero también en el Grupo IV de División de Honor.
Una gran hornada de juveniles dirigida por el castellonense de la que formaba parte Luis Muñoz, el único que sigue en el club en estos momentos y con el que ahora se reencuentra en el primer equipo. De aquel gran conjunto hay varios futbolistas que han llegado a la élite como Ontiveros, En-Nesyri, jugadores de Primera a día de hoy, pero también hay otros que han conseguido competir en categorías como Segunda o Segunda B. Es el caso del central malagueño, que tras dos cesiones volvió el pasado verano, o de otros que se han buscado su camino fuera de La Rosaleda como Samu Casado (Alcorcón, 2ª), David Ramos (Melilla, 2ªB), Kuki Zalazar (Valladolid Promesas, 2ªB), Kike Pina, Arturo (ambos en el Badajoz, 2ªB), Álex Robles (Sevilla Atlético, 2ªB). Otros muchos juegan en Tercera.
Todos fueron saliendo más tarde o más temprano, pero quien sigue ligado al Málaga y este curso con protagonismo en el primer equipo es Luis Muñoz, alumno que ahora se reencuentra con su maestro tras el despido de Víctor Sánchez del Amo. Con Pellicer creció y mejoró justo antes de dar el salto al primer equipo. En unos meses, pasó de jugar y ganar la Copa de Campeones -con gol y expulsión en semifinales (foto superior)- a debutar en el Camp Nou.
Después estuvieron también unos meses juntos porque el técnico fue ayudante del Gato Romero y Míchel en esa campaña 2016/17, pero al curso siguiente el central se fue cedido al Lugo, y desde entonces no se cruzaban. Un técnico muy especial para el palmillero con el que ahora se reencuentra en una coyuntura muy diferente y en una situación de mucha más exigencia.