Una tangana, una botella y un acta sin sangre
Corría el minuto 57 de partido cuando un jugador del Numancia, en una disputa con Luis Hernández, se quedó tirado en el suelo pidiendo falta. No la tiró fuera el Málaga CF porque el colegiado había visto la acción y no señaló nada. Siguió la jugada y acabó en una ocasión para los blanquiazules. Rápidamente, los jugadores del Numancia recriminaron a los malaguistas el hecho de no haber parado el juego y se formó una tangana que acabó con una botella sobre el terreno de juego.
Víctor Areces Franco, con el que La Rosaleda no salió demasiado contenta este domingo por algunas de sus decisiones, vio el objeto lanzado desde la grada de inmediato y lo cogió para a continuación dirigirse a la banda y entregársela al delegado de campo, Victoriano Giráldez. Una vez finalizado el encuentro, el colegiado asturiano recogió en el acta lo sucedido, pero sin hacer sangre.
"En el minuto 57 de partido un sector del público sin identificar, lanzó al terreno de juego una botella con agua medio llena y cerrada con un tapón, no llegando a impactar sobre ningún jugador ni miembro del equipo arbitral, siendo recogida dicha botella y entregada al delegado de campo para que avisara por megafonía de que este hecho no se volviera a repetir, surtiendo con ello el efecto deseado", explicó Areces Franco en el acta del partido. Por fortuna, quedó en anécdota.