Una lesión con influencia en el partido

Estaba el Málaga CF jugando medianamente bien ante el Extremadura. Sometía a su rival y, aunque no terminaba de cerrar el partido, el cuadro extremeño parecía inofensivo. Juanpi ofrecía destellos, pero de entre todos sobresalía Luis Muñoz, que volvió a demostrar que juega mejor sin Keidi Bare. Todo se derrumbó con la lesión del malagueño. Corría el minuto 58 cuando el polivalente defensor se echó al suelo sin el balón de por medio. Los sudores fríos malaguistas llegaron.

Efectivamente, Luis Muñoz, que también acabó cargado en Tenerife y que ha sido titular en los tres partidos, no podía seguir. El plano corto descubría un vendaje compresivo en su muslo izquierdo. Pellicer movía el banquillo y daba entrada a Boulahroud por Luis, y a Renato Santos por Hicham. Sin tener culpa el pivote marroquí, que no estuvo nada mal, el Málaga se vino abajo por completo. Y pocos minutos después llegó el tanto del empate en una acción a balón parado (vídeo superior). El Málaga no tuvo ni corazón ni físico ni Rosaleda para luchar por los tres puntos.

Luis Muñoz acabó en el banquillo instalado en la grada de Martiricos con una bolsa de hielo aplicada en la parte posterior del muslo izquierdo. "En la primera mitad tuvo una molestia, aguantó, pero luego ya no pudo. En Lugo puede que no esté", dijo al respecto Sergio Pellicer en la rueda de prensa posterior al partido. Minutos más tarde, el club anunció: "Luis Muñoz padece una sobrecarga en la cara posterior de la pierna izquierda". En ese sentido, habrá que esperar a su evolución para conocer si el malagueño puede viajar a otra final del Málaga, en este caso el martes en Lugo, donde precisamente militó cedido hace dos cursos.