Ganar con sistema: el Málaga encuentra su sello
El Málaga CF consiguió este domingo ante el Girona FC su primera victoria tras el coronavirus. Le ha costado encontrar la senda del triunfo al equipo de Sergio Pellicer, pero pudo sacudirse de la presión con un triunfo de prestigio ante la mejor plantilla de la categoría. Y lo hizo gracias a un partido coral en el que la mayoría de los jugadores brillaron en su parcela y en el que se consolidó un sistema de tres centrales y dos carrileros que le da solidez, fluidez y soltura al equipo. Tras ser empleado con asiduidad por Víctor, el de Nules lo usó como recurso con uno menos en Tenerife, y de partida en Lugo y ante el Girona con un balance de cero goles recibidos y cuatro puntos de seis. El Málaga parece haber encontrado su sello. Repasamos algunos de los puntos claves del sistema:
Coraza defensiva con tres guardaespaldas y el nuevo Zamora
Cuando cuesta un mundo marcar un gol, la manera más sencilla de ganar partidos es dejando la portería a cero (con Pellicer pasó en la mitad de sus encuentros –7 de 14–). No recibir te garantiza, como mínimo, sumar. Y eso le ha ocurrido al Málaga en sus últimos dos duelos gracias a una coraza de tres centrales que protege mucho la portería. Lombán, Diego González y Juande han rayado a un nivel sobresaliente en los últimos dos encuentros. Palian entre todos las carencias, cierran pasillos, por arriba son infranqueables y, cuando han concedido lo mínimo, Munir ha estado magnífico bajo palos, en las salidas y atento en balones a la espalda de la zaga (ante el Girona se jugó con la línea defensiva más adelantada para alejar del área el talento del rival). No hay que olvidar que ayer estaba enfrente el máximo goleador y uno de los mejores jugadores de la categoría: Stuani. El Zamora venció al Pichichi.
Keidi, más elástico
Contar con más guardaespaldas le hace tener más posibilidades a Keidi Bare, que se muestra más elástico y aparece en varias zonas del campo gracias a su despliegue físico y arriesgando menos.
Dos carrileros idóneos
Cifu y Juankar son dos futbolistas idóneos para este sistema. Ambos tienen recorrido, físico, y una punta de velocidad desequilibrante. Brillan más corriendo hacia delante. Juankar apareció con mucho brío en la primera mitad, creando superioridades en la izquierda con Tete, generando centros, e incluso atreviéndose con el golpeo. Cifu, con una cilindrada ya conocida y que le hace destacar como carrilero o doble lateral, sorprendió a la espalda de la defensa del Girona y del Lugo, y apareció en el segundo palo con dos ocasiones muy claras, una de ellas en el primer gol.
Cifu: "Es un sistema muy trabajado, esa posición la tengo bastante ‘trillada’ y Juankar y yo nos encontramos cómodos ahí. Somos laterales con buen físico y llegada, e intentamos aprovechar las oportunidades para llegar arriba y ayudar al equipo atrás"
Desequilibrios por dentro y por fuera
Juanpi, por dentro, y Tete, por fuera volcado en la izquierda, brillaron ante el Girona. El primero está finísimo, cogiendo la batuta con mucha libertad y regularidad. Juanpi asume el protagonismo para la circulación del balón en zonas interiores y más pobladas de piernas, y lidera las acciones de peligro blanquiazul. De hecho, el nacimiento de los dos goles de ayer estuvo en sus botas, el primero robando un balón y conduciendo a la contra, y el segundo sacando rápido una falta. En ambas acciones encontró a Tete Morente, que puso dos caramelos, uno con cada pierna, para que Cifu y Sadiku remataran de cabeza. El Málaga no marcaba un gol con esa parte del cuerpo desde que Antoñín lo hiciera en la jornada 17 ante el Elche (sin olvidar el 'chepazo' de Lombán). Tete suma un gol y tres asistencias en nueve partidos. No se recuerda un fichaje de invierno tan trascendental en los últimos años.
Sadiku, especialista a un toque
Ante el Girona, el Málaga tuvo más pausa en el pase y más eficacia en la finalización. Sadiku volvió a mojar y ya suma tres tantos desde la reanudación. Los tres al primer toque, como la gran mayoría de sus 13 goles en el Málaga. Es además muy trabajador e intenso. Será baja ante el Rayo por sanción para llegar limpio al Albacete y al Dépor.
Gestión de ventajas, de la superioridad numérica y de los cambios
El Málaga supo gestionar muy bien su partido ante el Girona. Ayudó ponerse pronto por delante y quedarse acto seguido con uno más, pero de las lecciones del Huesca o del Extremadura se aprendió. El equipo dominó los tiempos y, aunque dejó vivo al descanso al Girona, en la reanudación fue a por el segundo, apretó y le dio la estocada. La expulsión de Adrián no puso en peligro el marcador, el Málaga no pasó apuros y los cambios en el tramo final apuntalaron una renta que, a pesar de parecer cómoda, suele ser traicionera.