Informe Juan Soriano: cuestión de confianza

Mucho se ha escrito ya sobre la tremenda dificultad que encarna ser portero de fútbol. Indudablemente, es la demarcación más decisiva de un equipo. Un puesto que no tiene segundas oportunidades durante los 90 minutos, tampoco posibles ayudas de compañeros de equipo, y quien lo asume soporta más responsabilidad que ningún otro actor que haya sobre el césped. El guardameta no es únicamente la demarcación más difícil de desempeñar en un terreno de juego, es también la más compleja de fichar para una dirección deportiva.

Es el futbolista en el que menor margen de equivocación puede haber, pues será el pilar básico sobre el que se asienten los resultados y con el que no habrá medias tintas. En un contexto normal, tan sólo podrá haber dos arqueros que opten a la titularidad para un puesto que no admite ser disimulado con un cambio de sistema si el nivel de ambos llega a ser menor del esperado. Jugarán siempre, uno u otro, pero siempre uno de los dos deberá sostener todo el trabajo defensivo preparado por el resto del equipo. Para tan crucial oficio, la dirección deportiva del Málaga CF ha decidido hacerse con los servicios del joven guardameta Juan Soriano. Deberá ganarse el puesto primero, pues Dani Barrio es un curtido portero a tener en cuenta en esta categoría, pero sin duda el sevillano se incorpora para dotar de mayor competitividad a la portería costasoleña.

Juan Soriano, a sus 23 años, desembarca en Martiricos en calidad de cedido desde el Sevilla FC, en cuya cantera siempre fue uno de sus jugadores recientes más destacados desde que llegó en infantiles. Sus sobresalientes actuaciones le permitieron escalar rápidamente y ser considerado como uno de los talentos con más proyección de la cantera nervionense. Era un portero que llamaba la atención, de los que verdaderamente hacían sumar puntos a su equipo, llegando a ser internacional sub 16, sub 17, sub 19 y yendo convocado en alguna ocasión por la sub 21. Una vez ascendió al primer filial sevillista, las lesiones y la galopante competencia frenaron su ilusionante progresión.

Sus sobresalientes actuaciones le permitieron escalar rápidamente y ser considerado como uno de los talentos con más proyección de la cantera nervionense

Sin tener malos números, sus actuaciones no refrendaban el alto nivel ofrecido por el benacazonero en los años anteriores. Tras sumar más de 30 partidos en Segunda con el Sevilla Atlético en dos temporadas, en la campaña 18/19 pasa a ser el tercer portero de la primera plantilla, consiguiendo disputar cuatro encuentros con el primer equipo, pero sin deslumbrar como para derribar la puerta. Tras una cesión el curso pasado al CD Leganés en la que terminó jugando menos de lo esperado, necesitaba salir de nuevo este año en busca de una necesaria continuidad que le permitiera seguir creciendo.

Juan Soriano es un portero de 185 centímetros que destaca por su agilidad y reflejos bajo palos. Posee cualidades innatas para sobresalir en una portería. En los últimos años su evolución ha sufrido un estancamiento, bien por inoportunas lesiones o bien por la falta de minutos, que le han impedido progresar en características importantes como la concentración, el despeje direccionado o la decisión en el juego aéreo. Sus sobresalientes cualidades siguen ahí, pero necesita continuidad y confianza en sí mismo para volver a creerse que es aquel guardameta que deslumbraba en categorías inferiores y por el que preguntaban asiduamente los mejores equipos del país.

Necesita continuidad y confianza en sí mismo para volver a creerse que es aquel guardameta que deslumbraba en categorías inferiores y por el que preguntaban asiduamente los mejores equipos del país.

Esa confianza le devolverá ese instinto para la colocación bajo palos que le permitía frustrar peligrosas acciones rivales apenas sin esfuerzo aparente. Del mismo modo, la continuidad le dará la seguridad para devolverle la firmeza en el uno contra uno, la rigidez en la muñeca para sacar balones imposibles y la lectura de juego con las que también cautivaba hace no tantos años. Es un futbolista que aún tiene mucho recorrido por delante, siendo aún muy joven para el papel que ocupa, pero necesita ya volver a creer en sí mismo para lograr la ansiada regularidad que haga reverdecer sus esperanzadoras aptitudes. La Rosaleda no es una portería fácil de llevar, pero sí es un reto ilusionante que Juan Soriano debe saber aprovechar para dar un golpe encima de la mesa que le permita seguir avanzando en su prometedora carrera deportiva.

@carreterojm8