Cinco claves para entender el bajón del Málaga
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Pellicer echó en falta más agresividad
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El 1x1 de los jugadores ante el Espanyol
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Así contaron los medios la derrota
Los últimos dos partidos, además de buena parte del choque ante el Mirandés, han traído cierta desilusión entre el malaguismo, al que le fue imposible no venirse arriba cuando el equipo logró buenos resultados desplegando un juego convincente. Después llegó una montaña rusa de partidos y el Málaga se ha bajado mareado de su vagón. Los 14 puntos en la tabla siguen siendo motivo de satisfacción pensando del lugar del que se venía, aunque también hay que ponderar el bajón de rendimiento del equipo en los últimos encuentros. A continuación, tratamos de desgranar en cinco claves por qué el Málaga ha perdido parte de su esencia últimamente.
Menos verticalidad
Si por algo se había caracterizado el mejor Málaga de este curso, el que sacó triunfos y empequeñeció a rivales como el Zaragoza o el Sporting, fue por un estilo vertical cuando tenía el balón en su poder. Sin preámbulos, directo hacia la portería. Así llegaron los dos goles en La Romareda, por ejemplo, o el que significó el 1-0 en casa ante el Mirandés. Precisamente, ese tanto fue la última muestra del Málaga del vértigo. Aquel partido se oscureció, casi termina en derrota y desde entonces el Málaga no ha recuperado su sello. En Mallorca apenas pisó el área rival, no pudo correr, y tampoco frente al Espanyol. Sin esas armas, el Málaga es mucho menos Málaga. Además, cabe destacar que no ha existido capacidad de reacción en las derrotas: el equipo siempre perdió si el rival se adelantó en el marcador.
Rivales de mucho nivel
No se puede obviar que el Málaga ha cerrado un carrusel de partidos -cinco en apenas 15 días- midiéndose a dos claros favoritos al ascenso de categoría. Primero, un Mallorca que ha encontrado el sendero victorioso y ha echado el cerrojo a su portería. Un recién descendido que ha mantenido parte del esqueleto de Primera y que no marcha tercero por casualidad. Y qué decir del Espanyol, que cuenta posiblemente con el mejor delantero de LaLiga SmartBank (De Tomás) y también el mejor extremo (Embarba), además de otras piezas de un nivel superior al de la categoría de plata. Sin obviar los errores del Málaga, tampoco se puede olvidar la magnitud de los contrincantes.
El esquema pierde su esencia
Pese a que Pellicer ha probado en ocasiones contadas con defensa de cuatro, lo habitual es ver al Málaga con tres centrales y dos carrileros. Así se fortaleció el equipo al final del curso pasado, sacó la temporada adelante y además lo hizo como el equipo menos goleado. Últimamente, la sobriedad defensiva se ha evaporado. Tanto en el juego posicional como en el balón parado, como sucedió en Mallorca. Seis goles en los últimos dos partidos así lo confirman, si bien la única modificación entre ambos encuentros fue una: Lombán por Mejías. Este movimiento implicó que Pellicer rotara todo su eje defensivo -Escassi pasó a jugar acostado a la izquierda y Juande, que lo hacía en esa posición, a la derecha- y la defensa hizo aguas. Los laterales también han sufrido bastante últimamente, a la espalda de ambos los rivales han generado mucho peligro.
¿Merece la pena rotar en la portería?
De momento, la portería del Málaga no tiene un dueño fijo. Así lo ha querido Pellicer, en una decisión que no es para nada común en el fútbol de alto nivel. Después de dos titularidades seguidas, Juan Soriano volvió a pisar el banquillo frente al Mirandés y Dani Barrio volvió a tener una oportunidad. A la espera de conocer si esta decisión perdurará en el tiempo o si finalmente uno de los dos ganará esta batalla particular, surge la pregunta de si esta rotación está ayudando a automatizar los ajustes de la zaga. Un portero necesita más confianza que cualquier otro futbolista sobre el campo, y con este movimiento constante la presión ante un posible error es mayor. Generar sinergias entre portero y defensa es clave para un mejor funcionamiento de la defensa. De momento, las rotaciones continúan en el arco.
Se esperan pasos adelante
En el plano individual sigue habiendo jugadores de los que se espera un empujón. Han pasado 10 jornadas, un cuarto de la competición, y el mercado se cerró hace un mes. Más allá del apartado físico, en el que por ejemplo el Espanyol se mostró muy superior, futbolísticamente hay jugadores que están llamados a ser esenciales y que de momento, en algunos casos, incluso siguen partiendo como teóricos suplentes. Jozabed, Jairo, Orlando Sá o un Cristian Rodríguez que comenzó el año como titular tienen que ir a más para elevar la competencia. También se espera a Joaquín Muñoz, aunque aún ni ha entrenado con el equipo y deberá recuperar el tono físico cuando vuelva a estar disponible.