Yanis: "No quiero ser uno más con talento que no logra nada en la vida"
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Los tuits de Yanis en pleno Dortmund-Málaga
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"Estaba dispuesto a esperar al Málaga"
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Sueña con jugar con una Rosaleda llena
La historia de Yanis Mouloud Rahmani Cordeiro (Champigny-sur-Marne, Francia, 1995) se entiende desde el prisma de la calle. Del fútbol como salida a una vida que tiene 1.000 excusas para poder complicarse, de batallar por cada peldaño sin que nadie te regale nada. El chico de las tres nacionalidades (podría jugar con Francia, Argelia, Portugal e incluso con el combinado vasco) es ahora un hombre a punto de convertirse en padre. Educado en Lezama, el fútbol de barro le dio lección tras lección siendo aún un chaval. Amante de la NBA y admirador de Cristiano Ronaldo, Yanis es Yanis gracias en buena parte al fútbol callejero. Criado entre varias culturas y religiones, y mezclando acentos por las vueltas que ha dado en su vida, el extremo se muestra tal y como es en ElDesmarque Málaga soñando con echar raíces al fin y, en clave blanquiazul, jugar ante una Rosaleda llena.
- Desde que concerté esta entrevista me exigí esta primera pregunta: ¿Por qué 'Why not'? (coletilla que escribe en cada publicación en redes sociales).
Es como un lema, un modo de vida que le cogí a uno de mis ídolos, que es Westbrook. "¿Por qué no?" es la traducción. Yo no tenido las cosas fáciles en ningún sitio, llegar hasta aquí no ha sido fácil y lo que me queda por llegar no lo va a ser. Me tengo que decir a mí mismo que por qué no puedo llegar, por qué no puedo ser yo el que esté en lo más alto. Por qué no puedo ser yo el que lo consiga, por qué yo no. Si lo consiguen otros, por qué yo no.
- Entiendo por su respuesta que le flipa la NBA.
Sí, sí, me gusta mucho. Y Westbrook en particular. Me identifico con su forma de ver las cosas. Salvando las distancias, estamos hablando de un extraterrerestre. Sobre todo en su forma de vivir él el baloncesto y yo el fútbol. Da igual como vayan las cosas, en el campo hay que dar el 100%, morir en cada jugada. Me gusta cómo vive su profesión, yo la vivo al máximo igual.
- ¿Es de algún equipo en especial?
Siempre he sido más de Miami porque Wade es otro de mis ídolos. Ahora voy con Westbrook allá donde vaya.
- Habla de varios ídolos en el baloncesto. ¿En el fútbol cuáles son?
Cristiano Ronaldo, no hay más. Fin de la conversación (risas). Es el mejor. Tengo más, pero si tengo que elegir a uno elijo a Cristiano Ronaldo. Sobre todo, no sé cómo explicarlo, por la mentalidad que él tiene. Ha tenido desde joven muchas cosas en contra por su forma de jugar y de ser, pero ha conseguido todo. Luego el talento que tiene es una pasada.
- Me dijo antes que no lo tuvo fácil en su carrera, ¿por qué?
Llegué a España con ocho años. Al principio bien, entré en el Athletic jovencito pero desde muy pronto empecé con lesiones en las rodillas. Tenía problemas en cuanto a genética, no tenía ligamentos. Era casi siempre un año jugando y otro no. Luego tuve otras lesiones. En épocas de juveniles no contaron tanto conmigo y estuve bastantes años cedidos en Segunda B.
- Muchas cesiones y muy joven, además.
Con 19 años salí cedido, lo hice bien en el Sestao en un equipo que tenía que ser puntero. En ninguno de los años del Athletic se contó conmigo. Salí al Tudelano y estuve seis meses sin jugar. Salí el último día de mercado, después fui a Leioa a empezar de cero. Allí fui importante para salvar el equipo, pero en el Athletic no contaron y salí de nuevo al Sestao. Tres años seguidos de un lado para otro, jugando a un fútbol que no era tan beneficioso para mí. Me busqué las habichuelas y adapté mi fútbol.
- Le escuché decir en una ocasión que sin el fútbol callejero no sería Yanis Rahmani.
Por eso hay épocas en las que no he podido dar lo mejor de mí. Cuando más cómodo me siento es cuando puedo hacer mi fútbol. Un fútbol en el que se me permita fallar, que se me permite jugármela. Jugar a lo mío, como es un poco el fútbol callejero. Estar libre en el campo, sentir que te permiten fallar. Es cuando creo que he sacado mi mejor versión y cuando he aportado mucho en los equipos. Por ejemplo en el Mirandés creo que aporté mucho. En el Lugo, aunque no fue una temporada fácil, hay fases en las que lo hice muy bien. Este año intento hacerlo lo mejor posible en el Málaga.
- Corríjame si me equivoco. ¿Podría jugar con Francia, Argelia, Portugal e incluso con el combinado vasco?
Sí. Mis abuelos llevan 50 años en Bilbao, mi madre (portuguesa) se crió en Bilbao y yo llegué con tres años, me marché y volví con ocho. Perfectamente podría jugar, me siento vasco al 100%.
- ¿Y si tuviera que elegir?
No lo sé.
- Usted nació en un lugar humilde, Champigny-sur-Marne, ¿qué recuerda de su infancia?
Cuando eres crío no te enteras mucho de las cosas que pasan donde vives. Yo lo pasé muy bien, todo el día jugando al fútbol en la calle. Haciendo cosas de críos, liándola por ahí. Estaba todo el día con mi hermano, mis primos y mis amigos. Era una vida en la calle, jugando muchísimo al fútbol. Llega un momento en el que cuando creces en el sitio en el que yo vivía había mucha tentación para desviarse del camino. Una de las razones por las que mi madre se viene a España es por eso: intentar alejarnos de las malas influencias, de los barrios conflictivos. Fue una época de mucho fútbol y mucha calle.
"Una de las razones por las que mi madre se viene a España es por intentar alejarnos de las malas influencias, de los barrios conflictivos"
- Alguien que le conoce bien me dijo que usted tuvo 1.000 excusas para desviarse del camino.
Y es cierto. Aquí en España los recursos tampoco fueron grandes. Nosotros somos tres hermanos y vinimos con mi madre sola. Cualquier excusa podría haber valido, no tener dinero o que las cosas no fueran como nos gustaría. Cuando tu madre está sola con tres hijos es muy difícil, pero yo siempre he tenido en mente que no quiero ser una más de esas personas que tienen talento y no logran nada en la vida. En situaciones así hay muchísimo talento. Estoy segurísimo que donde más talento hay es donde más pobreza hay. Pero es muy difícil llegar. Yo soy un afortunado de la vida, la verdad. Conozco muchísima gente con talento que no ha llegado. Por falta de oportunidades o como algunos amigos míos, que eran muy buenos al fútbol, porque que han tenido que ponerse a trabajar porque no había dinero. Mi hermano es una de las personas que siempre ha estado ahí, yendo a torneos, bajo lluvia, durmiendo a veces en la calle para ver torneos porque no tenía dinero para un hotel. Es el que más me ha ayudado, también el que me ha dado más caña. Es un apoyo que a día de hoy sigue siendo muy importante para ponerme los pies en la tierra, porque no he hecho nada. Juego en un gran equipo como el Málaga pero no tengo nada hecho.
- Creció entre varias religiones, ¿alguna vez se decantó por alguna?
Yo respeto las dos religiones. Mi madre es cristiana, mi padre musulmán. Yo respeto las dos religiones y vivo la vida.
- ¿Cómo llega la llamada del Athletic?
Jugaba en el Sestao y luego en el San Pedro, que eran rivales. Me marché de uno a otro porque no me dejaron tirar una falta. Era bastante peculiar de pequeño.
"Me fui de un equipo a otro porque no me dejaron tirar una falta"
- ¿Un poco rebelde?
Demasiado rebelde (risas). Me marché al equipo rival porque un amigo de mi hermano y de mi primo era el entrenador. Allí me salí, era un espectáculo cada partido. Después de un partido me vino el coordinador del club y me dijo que todos los lunes tenía que ir a hacer las pruebas con el Athletic. Nos llevaron, hice las pruebas durante tres o cuatro meses y de todos aquellos jugadores sólo me cogieron a mí.
- ¿Qué recuerda de Lezama? ¿Impresiona el cambio?
Entré en alevín de primer año, muy pequeño. La mochila era más grande que yo, yendo a entrenar y llegando a las 10 a casa porque iba en bus. El primer año paré casi todo el año por un problema en la rodilla. Aprendí mucho, cada año me sentí mejor. El Athletic aportó a mi vida educación futbolística y fuera del fútbol. Me sacó de mi barrio, me llevaron a un colegio privado y eso me ayudó mucho a madurar, a seguir con mis estudios. Si hubiera seguido en el colegio de mi barrio no hubiera sido tan serio. El Athletic hace muchísimo hincapié en la educación del jugador.
- ¿Le queda la espina de que el Athletic nunca apostara por usted?
Sí, sinceramente sí. No te voy a mentir. Cuando tú pasas de alevín hasta los 19-20 años perteneciendo al Athletic, aunque estuviera cedido, sigues de esa esperanza de que te llamen para el filial. Siempre quise jugar ahí, pienso que tenía muchas cosas que demostrar y mejorar. Con el paso del tiempo se ha visto que he llegado hasta aquí, he llegado a un club como el Málaga y eso no es casualidad. No es regalado, sobre todo. El camino ha sido difícil para llegar hasta aquí. He jugado con jugadores muy buenos que por una cosa u otra no han podido llegar aquí.
- El difícil mundo de la Segunda B o la Tercera...
Te pongo un ejemplo. El año pasado asciende el Mirandés y ahora demuestran que son muy buenos en Segunda. Pero si no hubieran ascendido, muchos jugadores no hubieran jugado en Segunda. Hay jugadores muy buenos en Segunda B que si no es por un ascenso no tocan la Segunda División. Y el resultado es el que es en el Mirandés, lo ve todo el mundo. Incluso jugadores del Cartagena que lo están haciendo muy bien con Borja Jiménez. Llegan y lo hacen bien o incluso mejor que jugadores que llevan mucho tiempo en Segunda. Por eso es difícil este camino, porque aunque valgas tienen que pasar ciertas cosas para que llegues al fútbol profesional.
- ¿Sabe que unos tuits suyos durante el Dortmund-Málaga se viralizaron una vez firmó por el Málaga?
Ni me acordaba de eso, la gente va para atrás y no veas (risas). No me acordaba de eso. Aquel Málaga era muy bonito de ver.
- ¿Por qué sale del Almería? ¿Tuvo algo que ver la llegada del jeque?
Cuando llegó el jeque el entrenador contaba conmigo. Yo estuve en la última charla de Pedro Emanuel con todos los jugadores que se iban a quedar y los descartes no estaban. De hecho, Pedro Emanuel me da 20 minutos con el Albacete y 40 contra el Racing cuando íbamos perdiendo. Pero el último día de mercado fichan a un jugador por una gran cantidad y eso iba a hacer que las posiciones de extremo fueran cinco. Me dijeron que tenía la opción de ir al Lugo y yo lo que quería era jugar, demostrar que podía jugar. Salí el último día pero en principio me iba a quedar y pasó todo eso en un día.
- Y en Lugo, antes de venir a Málaga, vivió por desgracia un incidente racista ante el Fuenlabrada. ¿Ha sido la única ocasión que le ha ocurrido?
No me ha pasado tantas veces, a nivel profesional sólo esa. Tampoco me lo tomé tan mal, se lo dije al línea. No entendí por qué lo soltaron así de repente. Fastidia que pase eso, pero hay gente que lo sufre cada día y mucho peor que yo. El racismo está ahí y no se va a ir por mucho que queramos. Hay que intentar que la gente sea más educada y más generosa.
- Lo que no me puede negar con el cambio es que con el clima ha mejorado.
(Risas). Todo el mundo que viene aquí me habla maravillas. Está claro que el clima ayuda, sobre todo en estas fechas. Yo aquí estoy en pantalón corto y mi familia con el paragüas.