Chavarría envuelve el último regalo
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El Málaga ya espera rival
A este Málaga CF que es puro corazón sólo podía esperarle una clasificación como la que firmó ante el Oviedo (1-0), para cerrar el Día de Reyes y después de una prórroga en la que se le encendió la bombilla a última hora para marcar, ganar y colarse en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Fue Chavarría, como un goleador, después de una volea del debutante Alexander. Con fe, como se ha construido este equipo. Ya habrá tiempo para valoraciones de otro tipo, de fatiga acumulada y de posibles peajes a futuro. La Copa mola, que dicen por ahí. Y al Málaga la de este año le está molando y bastante.
Desde luego si Pellicer y Ziganda querían sacar algún tipo de conclusiones de cara al partido del sábado, donde están las habichuelas de verdad, lo van a tener difícil. Rotaciones y partido sin grandes alardes, más de guardar la ropa que de nadar. Movimientos significativos que llegaron a un Málaga en el que se estrenó Alexander González como lateral zurdo y en el que Larrubia, Quintana o Ale Benítez tuvieron una nueva oportunidad. Sólo repitió Cristian con respecto a Albacete y suyo fue el primer intento nada más arrancar el partido. Latigazo en una falta lejana que obligó a Femenías a actuar bajo la insistente lluvia.
Yanis puso el picante durante los primeros 45 minutos, pero no encontró espacios como tampoco los olisqueó Larrubia, que por el otro carril intentó cosas diferentes. El músculo lo puso Benkhemassa, bien en lo suyo, y en la retaguardia Josua regresó a buen nivel y anduvo atento para frenar las arrancadas de Obeng. Pocas cosas pasaron en una primera parte jugada al ralentí y en la que Sangalli, con un cabezazo en el minuto 25, tuvo la más clara con un cabezazo que no se marchó por mucho. Lamentablemente, la imagen que protagonizó este primer acto la puso Juan Soriano saliendo en camilla tras un tremendo golpe a causa de una entrada a destiempo de Obeng en un balón dividido. Fue amarilla, rozó la roja. Sin VAR, Pulido Santana no tuvo opción a regañina desde Las Rozas.
Segunda parte, prórroga... y éxtasis
La segunda parte tuvo algo más de ritmo, algo que tampoco era difícil todo sea dicho. Cerca estuvo Jimmy de marcar en su propia portería después de un centro envenenada de Cristian, aunque de nuevo la más clara la tuvo el Oviedo con una volea franca que mandó al limbo Riki. Entraron Jairo, Chavarría y Caye de golpe, pero lo que buscó Pellicer no terminó de salir y fue el Oviedo el que más apostó por el triunfo dentro de los 90 minutos reglamentarios. Achuchó al final, pero fue más un olfateo que un mordisco al cuello. En esas entró Haitam, que sumó un capítulo más en una temporada meteórica para él, y el partido se marchó a una prórroga que seguro que ningún entrenador quería jugar.
En el tiempo extra el Málaga tuvo una doble oportunidad nada más empezar. Jairo picó el desmarque y chutó demasiado centrado tras escorarse al entrar en el área. El rechace cayó en las botas de Caye, que de zurda mandó el balón muy por encima del larguero. El cansancio pasó factura, Pellicer aprovechó para refrescar por última vez con Escassi y el Oviedo se quedó con 10 por la roja a Javi Mier a siete minutos del 120'. Probó Haitam de zurda, embotelló el Málaga al Oviedo hasta hincarle el diente. Soltó un latigazo Alexander, incansable, rechazó Femenías y ahí estaba como un 'killer' Chavarría. Embocó en la jaula, gritó el Málaga, que ya está entre los 32 mejores de la Copa. A seguir soñando.