Supervivencia o despedida en Mendizorroza, el segundo estadio más difícil de Segunda
El Málaga visita este sábado el estadio del Deportivo Alavés en un contexto muy complicado. A partir de las 18:30 horas, en una penúltima jornada unificada donde los auriculares y las radios echarán humo, el equipo de Sergio Pellicer saltará al césped de Medizorroza con todo en contra y solo algo a favor: el centenar de aficionados malaguistas que volverá a viajar cientos de kilómetros para acompañar en las peores.
Con una carambola utópica como única vía para evitar el descenso, el Málaga viaja a Vitoria para enfrentarse a un equipo que está jugándose la vida en el otro extremo de la clasificación. El Alavés es tercero, a dos puntos del líder, el Granada, y a un punto del segundo, Las Palmas.
El ascenso directo está en un puño y el equipo de Luis García no puede permitirse un tropiezo en casa, mucho menos regalar una victoria. Precisamente la que necesita el Málaga, además de una derrota del Sporting, para sobrevivir hasta la última jornada.
Los vitorianos no están en buena racha. Cuatro empates, una derrota y una victoria en los últimos seis partidos confirman el bajón que han dado todos los equipos de la parte alta. Para este encuentro contra el Málaga pierden a un jugador clave por acumulación de amarillas: Luis Rioja, pichichi del equipo con 10 goles y cuatro asistencias.
Un campo donde hay pleno en Segunda
En las dos últimas visitas del Málaga a Mendizorra, estando ambos en Segunda División, se dieron dos victorias por 0-1 en dos temporadas consecutivas, la 2006/07 y la 2007/08. En esa época estaba en la dirección general del Alavés un tal Kike Pérez, ahora al frente del Málaga.
Eso sí, en las siete ocasiones restantes en que el Málaga jugó en Mendizorra siendo clubes de Primera División perdió cuatro partidos, ganó dos y empató otro. La realidad es muy distinta en la actualidad: el Alavés solo ha perdido un partido en casa esta temporada.
El Levante fue el único equipo capaz de derrotarles con un 0-2 en la jornada 20, el 12 de diciembre. Justamente una semana antes del duelo entre el Málaga y el Alavés en La Rosaleda, que acabó con victoria local y con Chavarría como héroe.
Un partido muy complejo por el pesimismo que lo rodea. El Málaga sabe que es el más difícil todavía, porque esta vez no tendrá enfrente a un rival que jugó en punto muerto y sin revoluciones, como el Mirandés en La Rosaleda.
El Alavés se la juega, el Málaga prepara su funeral, la gente que se desplaza sabe que la palabra milagro se queda corta... son muchos condicionantes, por lo que si logra salir victorioso de una jornada tan letal y llega a la última con opciones, pueden suceder cosas extrañas.
Como que el Sporting pierda en casa ante la Ponferradina y el Málaga gane con solvencia al Ibiza, si fuera posible. Muy improbable, no del todo imposible. Aunque sea aventurado y humeante decirlo, quizá el fútbol tenga guardado un giro de guión que nadie espera.
Que yo sepa funeral es cuando nos iremos de este mundo el Malaga estará años abajo como el Deportivo y ya esta.