De la Champions al barro de Primera RFEF: 10 años de decadencia con muchos culpables
El Málaga consumó este sábado su caída a la Primera RFEF, tercera categoría del fútbol español. Un escenario desconocido al que se tendrá que amoldar. Han pasado diez años desde que las pieles fueran erizadas por el himno de la Champions, en unos cuartos de final históricos. De 2013 a 2023, todo un camino de muerte lenta tras tocar el cielo. Con Al-Thani empezó todo. Con él apartado por la justicia se terminó de fracasar. Es la decadencia de un club devorado por una grave crisis institucional, mal gestionado, poco cuidado excepto por su afición.
Una vez certificado el descenso, que no pilló a nadie por sorpresa, el malaguismo, una afición fiel y sufridora por excelencia -desde la desaparición del antiguo CD Málaga en 1992-, lamenta cómo han dejado caer en picado a este club y son muchas las voces que abogan por un cambio radical desde dentro. Y desde cero, si fuera posible. La gente ha colmado su paciencia tras la decepción mayúscula de este año. El duro comunicado de Fondo Sur 1904 es un gran ejemplo.
Todos los problemas vienen de la inacción de un jeque catarí que dejó tirado a su juguete roto, el Málaga. Desde 2020, este club está intervenido judicialmente y a cargo de un administrador, José María Muñoz, que saneó las cuentas y salvó a la entidad, pero que obvió su poder de decisión cuando era necesario. Siguió confiando en Manolo Gaspar, pese al desastre de la campaña anterior. Incluso le pidió que continuara hasta el último mercado de invierno, a pesar de que su credibilidad estaba agotada. Y no creyó conveniente contratar a un director general hasta hace pocos meses, con la llegada tardía de Kike Pérez.
El Málaga ha sido víctima de su propia gestión, y paradójicamente descendió por no saber utilizar la baza de ser el cuarto presupuesto más alto de la categoría en cuanto al límite salarial impuesto por LaLiga. El dinero dio la infelicidad. El proyecto fue humo.
Regreso a 1998
Tras el duro y triste varapalo vivido este sábado 20 de mayo, el Málaga retorna 25 años después al averno que significa dejar el fútbol profesional, un lugar del que es difícil salir y que no merodeaba desde 1998, en la antigua Segunda B. Ha llovido a mares desde entonces.
En dicha categoría jugó por última vez un 28 de junio de 1998, pero entonces fue para abandonarla en un inolvidable ascenso ante el Terrassa, remontando el 3-0 de la ida y convirtiéndolo en un 4-1 en La Rosaleda, qué cosas, con un héroe argentino llamada Pablo Guede, que metió un hat-tirck que significó el regreso de los blanquiazules a Segunda División. Irónico que fuera Guede uno de los culpables principales de que el club vaya a los infiernos.
A partir de ahí, el club vivió años muy fructíferos llenos de alegrías y algunas tristezas: con el ascenso en la temporada 1998-99 a Primera División, tras más de una década sin fútbol profesional, o la disputa de la Copa de la UEFA, en la que llegó a los cuartos de final en la 2001-02 y fue eliminado por el Boavista portugués, antes de otro descenso a Segunda en la 2005-06 que dio paso a un nuevo ciclo.
A este se le considera el más longevo de la historia del Málaga en la élite, diez años, hasta que en 2010 llegó el actual propietario, el jeque catarí Abdullah Al Thani, y el equipo alcanzó sus cotas más altas con la clasificación para la Liga de Campeones en la temporada 2011-12, la mejor de su historia.
El equipo que enamoró a media Europa
En la siguiente se vivió el máximo hito en la historia malaguista. Con el paso del tiempo adquiere hasta mayor dimensión. Muchos se autoconvencen de que el EuroMálaga pasó una vez y no más. Queda la cicatriz del Borussia Dormunt, pero también el júbilo de los partidos contra Oporto, Milan, Anderletch, Zenit. El himno de la Champions en La Rosaleda.
Jugadores exquisitos como Isco, Toulalan, Demichelis, Baptista, Joaquín, Rondón, Cazorla, Monreal, Caballero, Weligton, Camacho, Jesús Gámez, Sergio Sánchez, Portillo, Eliseu, Maresca, Kameni pasaron por el Málaga, un sueño que fue real, una pregunta impensable: ¿Había alguien en ese momento que pensara que volvería a revivir las fatigas del pasado con un descenso al fútbol no profesional... 10 años después?
Caída definitiva
A partir de ahí, todo fue de mal en peor. La decadencia volvió a instaurarse en el club, mientras su presidente estaba a otra cosa. Se consiguió competir con Javi Gracia, el último Málaga capaz de enamorar. Pero poco a poco las pilas del juguete roto de Al-Thani fueron apagándose. Y pasó el descenso a Segunda de hace cinco años. Desde ese momento, la caída en picado ya fue irremediable, con intervención judicial incluida.
La fuerte inversión del primer año en Segunda acabó en deuda para futuras temporadas. Aquella derrota en Play Off contra el Depor sería la última oportunidad de levantar el vuelo. Esa situación ha desembocado ahora en la salida del fútbol profesional de un club cuya ciudad está en boca del panorama internacional.
Se espera una limpieza de proyecto, con caras nuevas, para lo que siempre son necesarias las decisiones contundentes. El Málaga Club de Fútbol tocó fondo en 2023 después de tocar techo en 2013. Su gente aspira a volver a ver a su equipo entre los grandes. Comenzará una nueva era siempre y cuando Al-Thani, artífice y verdugo, desaparezca de la ecuación, y los gestores del club sepan lo que hacen sabiendo de dónde vienen.