La conciencia está tranquila porque no es ningún insulto al club que aman los lectores de estas líneas. El Málaga ganó divirtiéndose al Recreativo Granada en La Rosaleda (3-0), en un partido de buenas notas generales y un disfrute unánime de las casi 20.000 gargantas de la grada. Una forma traviesa de hacerlo, con tres goles de diferencia, mostrando una fortaleza sobrada que pudo acabar en un total de seis o siete goles si no llegan a estrellarse hasta tres balones en el palo.
Ocurrió una noche de sábado en el templo de Martiricos que fue como una oda al cerdo en casi todas sus variantes metafóricas. No, nada de juego sucio. El Málaga ha bajado al barro y este sábado, por fin, se permitió el lujo de revolcarse, de disfrutar en él. De marcar y volver a marcar y querer seguir marcando, de ser un cerdito feliz en su charca, con sus resbalones y sus excesos en forma de ocasiones del rival.
Se confirmó, para colmo, lo que desvelaba uno de los goleadores del equipo días atrás. La jugada maestra: bocadillo de lomo en manteca para calibrar la puntería, truquito porcino de Dioni, que contaba que llegó a trabajar de fontanero y de repartidor. De charcutero no, por lo visto. Lo suyo es marcar goles y menos mal que supieron valorarlo a tiempo.
En la cultura china, el horóscopo se olvida de constelaciones y se divide en doce animales. Uno de ellos es el cerdo. A cada criatura le corresponde un año. Este 2023, por ejemplo, es el año del conejo en China. Pero volvamos al cerdo, que allí simboliza prosperidad, bienestar, generosidad y deseo, entre otras cosas.
En el Málaga son tiempos de prosperidad en lo deportivo, con tres victorias seguidas, la primera portería a cero y gran capacidad de hacer gol; de bienestar mental, con el malaguismo por fin sonriendo y durmiendo tranquilo entre tantas decepciones del pasado año; de generosidad de una plantilla sin nombres que resalten por encima de otros y que le están devolviendo el gesto a su afición con competitividad y resultados... y de deseo, el de seguir alimentándose de este hambre de victoria para, precisamente, salir de ese barro en el que ahora se lo pasa bien.
Quién lo diría. La pocilga de Primera RFEF empieza a tener su encanto. ¿Será 2023 el año del cerdo para el Málaga?
Titular inapropiado, espero que no sea por el director deportivo