La afición del Málaga protagoniza un recibimiento colosal al equipo en La Rosaleda

La vuelta de las semifinales del play off entre Málaga CF y Celta Fortuna se recordará por su resultado, sobre todo, pero lo que ocurrió desde las 17.30 de la tarde en la avenida de La Palmilla es una de esas imágenes que se quedan fijadas en la memoria. Hubo un colosal recibimiento en La Rosaleda a la llegada del autobús del equipo que dejó unas imágenes espectaculares [vídeo superior].

Sonó con más fuerza que nunca el "¡Sí se puede, sí se puede!", banda sonora de las grandes tardes de fútbol, cuando se respira la tensión de una eliminatoria a vida o muerte por seguir cabalgando hacia el ascenso o caerse del caballo ganador. La afición del Málaga se congregó por cientos, por miles, en un recibimiento al autobús del equipo que puso los vellos de punta a todos los presentes.

A golpes con el autobús, que avanzaba con lentitud como podía entre los miles de malaguistas que soltaban la adrenalina y se la transmitían a los que iban dentro del autobús, boquiabiertos y perplejos. Decenas de policías tuvieron que regular el paso por seguridad y hubo un momento en que el humo de las bengalas era tan denso que apenas podían distinguirse las caras. El ruido era atronador. Algunos hasta se engancharon en la parte trasera del autocar. La locura se apoderó del ambiente.

Bienvenidas así se dieron el año pasado en el intento por la permanencia, pero esta ocasión había una sensación muy distinta e incluso podría decirse que hubo más gente. Se vendieron todas las entradas (30.000 caben en La Rosaleda), la afición se citó por redes durante los últimos días con iniciativas de todo tipo, desde sacar las banderas a los balcones, pedir que todos acudan al campo con camisetas blanquiazules y el mismo recibimiento, joya de la corona del sentimiento malaguista.