El Nàstic denuncia al árbitro del ascenso del Málaga tras investigarle con detectives
-
Primer club en querellarse contra un árbitro, el bilbaíno Mallo Fernández
-
Por lo ocurrido el día del ascenso del Málaga en el Nou Estadi el pasado mes de junio
-
"Vais a morir": las graves denuncias del árbitro en el acta tras el partido
El Nàstic ha protagonizado un hecho sin precedentes en el fútbol español y se ha convertido en el primer club en presentar una querella criminal contra un árbitro, el colegiado bilbaíno Eder Mallo Fernández, que dirigió el famoso partido de vuelta de la final del play off de ascenso a Segunda que acabó con el milagro del Málaga en Tarragona.
Un partido que, más allá de la mística del gol en el minuto 122 de Antoñito Cordero, tuvo momentos de mucha tensión y polémica, y que terminó con un acta que denunciaba graves agresiones verbales y amenazas de varios jugadores y miembros del cuerpo técnico del cuadro tarraconense. El Málaga confirma a este medio que se ha enterado de este movimiento judicial por la prensa.
El Nàstic advirtió días después del partido, vía comunicado oficial, que iba a demandar al colegiado "por negligencia". Este martes, el diario La Vanguardia ha desvelado los detalles de la querella contra Mallo Fernández, que según el Nàstic pitó de manera premeditada para favorecer al Málaga CF y beneficiarse en lo personal de su ascenso de categoría como árbitro, pues como el cuadro malagueño, también él ascendió de Primera RFEF a LALIGA HYPERMOTION.
La vía penal, presentada en un juzgado de Tarragona, se ha realizado aportando pruebas documentales, entre ellas las grabaciones realizadas por una agencia de detectives llamada 'Método 3'. El Nàstic contrató a un equipo de detectives para alegar que el árbitro bilbaíno mintió en el acta arbitral, donde aseguraba que había temido por su integridad física tras el final del partido.
El Nàstic, por tanto, le acusa de falsedad documental en el acta y se basa, entre otras pruebas, en una conversación grabada el 25 noviembre entre un detective y el propio Mallo Fernández. "Yo les dije a estos como entren nos tenemos que pegar, si no vamos a quedar aquí como tontos, y dijo no, no, aquí no entra nadie. Sabía que nadie iba a entrar en el vestuario, ni Dios (...). La situación no es agradable, pero ya está", reza la declaración del árbitro grabada por el detective.
Una cena y un camarero como testigo
Desde el club tarraco también aprecian una "predeterminación y alteración deliberada del resultado del partido", basándose en otra investigación realizada por detectives dirigidos por Francisco Marco. En la denuncia, exponen que "en una cena en la noche antes de la celebración del partido, varias autoridades de Andalucía y de Málaga que se habían trasladado a Tarragona para ver el partido manifestaron que tenían el partido 'controlado'".
Además, según la investigación de los detectives, Mallo Fernández le contó al camarero del bar 'Sports Legends Tavern' de Salou, Carlos Blanco, que "conocía un mes antes de la celebración del partido que iba a ser designado y que probablemente le iban a subir de categoría tras la celebración del encuentro". En este sentido, la querella añade que Mallo "pidió una excedencia como policía local en Tineo (Asturias) y lo que es concluyente es que pasará a ganar después del partido de 20.000 a 100.000 euros anuales arbitrando a la nueva categoría".
El Nàstic cifra el perjuicio en 47.964 euros y reclama 5,4 millones en concepto de lucro cesante -es decir, las ganancias estimadas que no percibieron como consecuencia directa de no ascender- y señala al árbitro vasco por un presunto delito de corrupción deportiva.
El acta del Mallo Fernández con amenazas del Nàstic
Mallo Fernández expuso en el acta de aquel partido que recibió amenazas de muerte tanto para él como para sus familiares, además de una agresión del jugador David Concha a uno de sus asistentes y varios incidentes protagonizados por un sector de la grada, que lanzó bengalas al césped y una moneda al portero del Málaga Alfonso Herrero.
"Golpean con agresividad nuestra puerta en hasta 24 ocasiones y se dirigen hacia nosotros abriendo la puerta y gritándonos, entre lo que identificamos lo siguiente: "vais a morir", "sinvergüenzas", "tu hijo va a morir", "ojalá os matéis", "hijos de puta", "que muera vuestra puta familia", "cobardes, hijos de puta". También en varios ocasiones propinaron amenazas de la siguiente manera: "Dar la cara, hijos de puta, que os vais a enterar" hasta 25 ocasiones, según el escrito del colegiado bilbaíno. Seguían los improperios: "No tienes huevos", "tu puta madre" y "te voy a recibir hasta el final, si tienes huevos baja" en cuatro ocasiones.
La controversia empezó cuando el partido se detuvo por la antideportividad que se instaló en el ambiente. Los recogepelotas del Nàstic evitaron que la disputa del partido continuara con normalidad. Parte de la hinchada local gritó con sarcasmo: "¿Dónde están los balones, los balones dónde están?". Mallo Fernández, convencido de que se estaba adulterando el transcurso del juego, paró el partido durante siete minutos amenazando con suspenderlo. Lo reanudó, añadiendo el descuento por el tiempo perdido, y en la última jugada marcó Antoñito Cordero para el Málaga.
El presidente ve claros indicios de amaño
Días después del dramático empate que dejó sin ascenso al Nàstic, su presidente, Lluís Fábregas, opinó de lo sucedido y denunció que hubo amaño. "Entiendo perfectamente que el Nàstic no tenía que subir. Había un club, que era el Málaga, que sí tenía que hacerlo. En los dos partidos demostramos que fuimos mejor equipo, deportivamente hablando, pero otros aspectos condujeron a lo que pasó. Tanto en La Rosaleda como en el Nou Estadi, que desapareció el árbitro del terreno de juego con un estado de nervios altísimo. Una cosa nunca vista en un campo de futbol", argumentó en Relevo.
La multas al Nàstic tras los episodios
Al defensa Nacho González lo castigaron con tres meses de suspensión y cinco partidos por agresión contra árbitros, directivos o autoridades deportivas, tras ser expulsado; dos partidos de suspensión por no dirigirse al vestuario tras ser expulsado, negándose a retirarse; y dos partidos de suspensión por protestas a los árbitros tras haber sido expulsado, encontrándose en vestuarios. Del mismo modo, la cuantía acumulada de multas es de 3.400 euros para el jugador, y más de 400 euros para su club por estos sucesos.
A David Concha le cayeron seis partidos. Dos por no dirigirse al vestuario tras ser expulsado; y cuatro por manifestar una actitud violenta hacia uno de los árbitros asistentes, lanzándole agua de una botella y vaciándola sobre su cuerpo. Las multas para el jugador son de 1.800 euros en total, y 225 para su club.
El Juez Disciplinario determinó también dos multas de 602 euros por incidentes leves en los minutos 33 y 72 del partido. A ello hay que sumarle otra sanción de 1.000 euros por el lanzamiento de balones desde la grada al terreno de juego. Y, por si fuera poco, también se le impone una sanción económica de 9.000 euros y el cierre del Nou Estadi en los próximos cuatro partidos. Esto hace un total de 16.834€ en multas. Algo que consideraron injusto en el Gimnàstic, que ha avanzado hasta la vía penal en un movimiento inédito en el fútbol nacional.