'Liberté, Égalité, Fraternité'
Llego a Francia con una maleta cargada de ilusión. Es un jueves bastante nuboso, pero las nubes que se ciernen sobre el cielo de Le Havre no pueden empañar las infinitas ganas de trabajar y demostrar que el fútbol femenino está más vivo que nunca.
Estoy en Francia para contaros en primera persona el día a día de la selección femenina en este Mundial de Francia 2019. No es un reto fácil. Para aquellos despistados, España está encuadrada en unos de los grupos más complicados del campeonato: Alemania, China y Sudáfrica. Pero estas chicas son de jugar, luchar y ganar. Ese es su lema. Y como dice su seleccionador, Jorge Vilda, en ilusión no nos gana nadie. Tampoco a mí. El equipo llega a Francia después de haber pasado una brillante fase de clasificación frente a Austria, Finlandia, Serbia e Israel, con ocho victorias de los ocho encuentros disputado, y afronta su segundo Mundial con una preparación inmejorable.
Tras acabar la fase de clasificación para el Mundial, el equipo ha jugado hasta ocho partidos amistosos entre selecciones, más tres encuentros de la Copa Algarve. No solo es la cantidad de partidos, es la calidad. La selección se ha enfrentado en todos ellos a siete selecciones que se encuentran dentro del top 10 del ranking FIFA: Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Canadá, Japón, Países Bajos y Brasil.
Esta selección ha trabajado mucho para llegar hasta donde está. Nadie le ha regalado nada. Se ha trabajado duro y se ha mejorado mucho, aunque aún queda bastante por hacer. Este suelo francés se presenta como la oportunidad para reivindicar el gran crecimiento del fútbol femenino en los últimos años.
No hay mejor lugar que esta tierra de la Liberté, Égalité, Fraternité para dar un paso agigantado hacia la igualdad. La tierra de la gran revolución para que el fútbol femenino por fin esté donde se merece, que no es otro lugar que el fútbol de élite mundial. Por el reconocimiento de esas guerreras que llevan tantos años luchando por conseguir un sueño así.
